De las nueve canchas donde se juegan los cotejos del campeonato nacional de fútbol, Serie A, dos son las más afectadas por el invierno. Se trata de los estadios Alejandro Serrano Aguilar y General Rumiñahui, de Azuay y Pichincha, en su orden.
El invierno dejó al descubierto la falta de un adecuado sistema de drenaje. El agua se acumula en los diferentes sectores del campo de juego, formando charcos. En un partido el césped se levanta, los jugadores terminan enlodados y la cancha, destrozada.El estadio cuencano está bajo la administración de la Federación Deportiva Azuay (FDA) y según su presidente, Juan Sánchez, el sistema de drenaje está colapsado. La solución definitiva es construir uno nuevo y para eso se requiere “cuatro meses y una inversión de entre USD 100 000 o USD 120 000, según expresó el directivo cuencano.
Rusbel Coronel, quien en el 2009 hizo tareas de ingeniería química en ese campo de juego, recordó que hace un año se metió un rodillo al césped que ocasionó graves daños a la tierra tratada.
Coronel dijo que se requieren unos dos meses para la ejecución del nuevo sistema de drenaje. A su criterio, no se necesita levantar todo el césped sino partes específicas, por donde cruzan los antiguos drenes. Su recomendación es cambiar las tuberías colapsadas, la grava y la arena.
El estadio Rumiñahui es administrado por la Liga Deportiva Cantonal de Rumiñahui. Uno de sus directivos, José Díaz, explicó que la crudeza del invierno dañó todas las canchas del país. “Las mismas imágenes he visto en Cuenca, en el Olímpico Atahualpa y en otros estadios”.
Sin embargo, comentó que el campo de juego donde el Independiente del Valle es anfitrión “debe estar colapsado”. Su sistema de drenaje fue construido hace 30 años. Existe un proyecto urgente para la construcción de nuevos drenes que permitan la fluidez del agua en invierno.
El estadio Olímpico Atahualpa es administrado por la Concentración Deportiva de Pichincha (CDP). Su presidente, Aníbal Fuentes, expresó que cuando hay una fuerte lluvia los mejores campos de juego del mundo se ven así. “Lo importante es contar con un buen sistema de drenaje”.
Según Fuentes, en el invierno se puede hacer poco. Es así que, dos veces al año, la cancha del Atahualpa pasa por un proceso de oxigenación. Una máquina especial perfora más de 150 000 huecos de 20 a 40 cm de profundidad en el césped. Luego se rellenan con abono orgánico y arena.
La cancha del estadio Olímpico de Santo Domingo también tiene nuevos drenes. La administración está a cargo de la Federación Deportiva de la provincia y según su vicepresidente, Ramiro Goerschel, en el 2010 se invirtió USD 40 000 en esos trabajos.
El directivo cuenta que el sistema anterior estaba colapsado por el mal uso y la sobrecarga en algunas actividades. Se construyó hace siete años y con el paso del tiempo se compactó la tierra que ya no permitía cumplir la función de drenar.
Finalmente, en el estadio Olímpico de Riobamba los problemas son menores. Pero la presencia de ceniza ha sido un obstáculo.