El Liverpool – Manchester United, el domingo en la quinta jornada de la Premier League, no será un duelo más entre los dos viejos enemigos, después de la tensión de la pasada campaña por el conflicto Luis Suárez-Patrice Evra y el informe reciente sobre la tragedia de Hillsborough.
El encuentro tiene lugar diez días después de la publicación de un informe que subraya la responsabilidad policial en aquel día de pesadilla, en el que 96 hinchas de los Reds murieron el 15 de abril de 1989 en un estadio de Sheffield, aplastados en una avalancha en un partido contra el Nottingham Forest.
El primer ministro David Cameron llegó incluso a pedir disculpas al Liverpool tras conocer el informe, en nombre de las autoridades británicas.
La leyenda según la cual la catástrofe había sido provocada por el comportamiento de aficionados del Liverpool borrachos y violentos, fue utilizada durante años por los enemigos del club como ‘argumento oficial’, especialmente por un sector de la hinchada del United.
Entre ellos, uno célebre en el que se corea “Siempre son las víctimas, nunca tienen la culpa”.
“Se trata de una minoría. En todas las sociedades hay minorías que quieren hacerse escuchar. La jornada del domingo será emotiva y apoyaremos al Liverpool tanto como podamos”, dijo el entrenador del United, Alex Ferguson, afirmando que ese cántico se refería en concreto al uruguayo Luis Suárez.
El contencioso histórico entre los dos clubes se agravó el año pasado con el atacante charrúa como protagonista, tras ser acusado por el defensa francés del United Patrice Evra de racista.
Todo comenzó el 15 de octubre de 2011, cuando Evra acusó a Suárez de racismo después de que éste le llamara “negro”.
El uruguayo fue suspendido ocho partidos y en el partido entre ambos equipos en la segunda vuelta se negó a dar la mano al francés, el 13 de febrero en Old Trafford, antes de tener que pedir disculpas públicamente por un gesto que provocó de nuevo polémica en el Reino Unido.
Este domingo habrá una nueva oportunidad para la reconciliación, aunque el director general del Liverpool, Ian Ayre, desmintió que el club se lo haya ordenado: “Suárez ya es mayor, como Patrice Evra”, dijo.
El experimentado Michael Carrick espera que “sólo se hable de fútbol” en este nuevo pulso.
“Hay tensión porque se trata de un gran partido, con una gran rivalidad entre grandes clubes con mucha tradición. Es eso lo que hace que los partidos sean tan particulares”, dijo el centrocampista.
En lo deportivo, el partido no es precisamente el más apasionante de la historia, en gran medida por la ausencia por lesión de Wayne Rooney y porque el Liverpool está en la parte baja de la tabla, con apenas dos puntos en cuatro partidos.
Los Reds, un grande por palmarés pero que no parece contar con opciones de pelear por objetivos a la altura de su historia esta temporada, espera salvar la dignidad ante un rival que sobre el papel parece muy superior.
El cambio de entrenador de hace unos meses, Brendan Rogers por el legendario Kenny Dalglish, no ha permitido cambiar la tendencia. En el United, por su parte, llevan nueve puntos en cuatro jornadas y el líder Chelsea, que ganó el sábado 1-0 al Stoke, tiene 13, con lo que un triunfo de los hombres de Ferguson el domingo les volvería a dejar segundos, a sólo uno de la cabeza.