La derrota por 3-0 de Liga en Santiago ante la arrolladora Universidad de Chile merece unas reflexiones.
1. No pasó casi nada fuera de lo previsto, pues Liga no llegó a esta final en su mejor momento. El rival golpeó rápidamente con un tanto de camerino y luego remató la goleada cuando los albos quedaron con 10 hombres. Liga no tenía fondo físico para la remontada y se llevó de regreso tres goles y un horrible global de 4-0. En realidad, era un guión muy avisado. Liga se limitó al shopping en los malls de Santiago y ha resistir.
2. Otra vez, Liga pierde en una final por tres goles de diferencia en el exterior. Por entrega no puede recriminarse, pero siempre pasa algo que desata el desastre. Esta vez, el defensa Jorge Guagua vio la roja en una jugada innecesaria. Una vez más, este defensa demuestra por qué, a pesar de su talento, jamás pudo ser el reemplazo de Iván Hurtado. Pero, más allá de este ejemplo, es obvio que Liga necesita un recambio. Algunos jugadores parecen Lada viejo y un equipo con prestigio no puede sufrir de esta manera.
3. El subcampeonato de Liga enseña, una vez más, que quedar segundo no sirve para nada. No hay cupo para la Libertadores. No hay viaje para la Copa Suruga Bank. No hay cupo para la Recopa. No hay premio económico. No hay nada. ¡Y pensar que algunos equipos vivieron años de su casi campeonato de América! Al menos Liga tiene cuatro trofeos internacionales y una marca de cuatro años seguidos de jugar finales en el exterior. Por supuesto, es mejor jugar una final que ver el asunto por DirecTV. Pero es mucho mejor ganar.
4. No hay equipo ecuatoriano con un plantel de calidad y de cantidad para jugar dos torneos al mismo tiempo. Puede ser que a Liga le perjudicó el tema del calendario y la poca ayuda de la Ecuafútbol, pero también es cierto que no hay fondos para un plantel largo. La U de Chile lleva un año de intenso trajín y sus jugadores no se cansan. Por algo será.