Liga fue contundente en su casa
En la Casa Blanca. Néicer Reasco, de Liga, disputa el balón con Carlos Sánchez, del Godoy, quien después salió expulsado por juego brusco.
La Casa Blanca es el fortín de Liga. En los tres últimos años, el escenario ha sido testigo de grandes triunfos del conjunto azucena. Ayer los albos vencieron a Godoy Cruz en un partido difícil, en que la balanza se inclinó a favor de los locales en el segundo tiempo, gracias a Hernán Barcos, su goleador y principal habilitador.
Los albos se clasificaron primeros en el grupo 8 de la Copa Libertadores apelando a la fortaleza de su juego como local: en la Casa Blanca demolió a Independiente (3-0), Peñarol (5-0) y ayer se deshizo de Godoy Cruz, un equipo lleno de oficio, que sabe cómo jugar de visitante, reducir espacios y contragolpear.
Además, la ‘U’ sacó un empate en la quinta fecha ante Independiente en Argentina y de esta forma alcanzó su clasificación con 10 puntos y +8 de gol diferencia.
Los albos se beneficiaron del traspié del Peñarol, que cayó como local ante Independiente.
Los albos y los charrúas tuvieron los mismos puntos (10), pero el gol diferencia favoreció a los universitarios, en una llave que se caracterizó por ser compleja, equilibrada y que solo pudo definirse ayer en la última jornada.
La historia del partido de ayer tuvo dos facetas distintas: un primer tiempo apretado, en el cual los visitantes hicieron alarde de buen estado físico y dejaron pocos espacios para que los creativos albos generasen su mejor juego.
Barcos, quien luego se convirtió en la figura de la cancha, lucía aislado de Ezequiel González y Luis Bolaños, los abastecedores del cuadro universitario. El delantero era absorbido por la marca de Nicolás Sánchez y Leonel Sigali.
El ‘Pirata’ pudo sacudirse en el segundo tiempo. Barcos es un jugador que no solo es hábil como piloto de ataque, peleando con los defensas centrales. El delantero es dócil con el balón y sabe desplazarse hacia los costados para buscar continuas paredes con sus compañeros. En esta Copa no solo anotó goles sino que en sus estadísticas cuenta con tres pases gol.
Ayer a los 47 minutos puso un centro preciso para que Luis Bolaños marcase el primer tanto. El ‘Chucho’ lo celebró chupándose el pulgar ante la inminente llegada de su hija, que nacerá en las próximas semanas.
Liga precisaba de un empate para clasificarse y con el tanto de Bolaños, el paso a los octavos estaba más que certificado. Por ello, los casi 20 000 hinchas que asistieron a la Casa Blanca lo celebraron con excesiva euforia, tras una sufrida primera etapa.
La alegría para los albos se completó luego con el golazo de Barcos, quien hizo alarde de su manejo del balón, desairando a dos defensas (Nicolás Sánchez y Sigali) y luego definió con precisión en el arco de Torrico. Fue un tanto espectacular, que enloqueció a los aficionados, que ya sentían la clasificación en el bolsillo.
¿Y Godoy Cruz? El equipo mendozino, que llegó a Quito la tarde del lunes, se desinfló en el segundo tiempo. Durante las charlas previas al partido, los jugadores y el cuerpo técnico intentaron relativizar los efectos de los 2 850 metros de altitud de Quito. Sin embargo, el equipo sintió sus efectos en el segundo tiempo y no tuvo respuestas físicas ni futbolísticas.
Tras conseguir los dos tantos, Liga se dedicó a mantener el esférico y hacer alarde del talento de sus ofensivos. Los visitantes enloquecieron y uno de sus mejores hombres, el uruguayo Carlos Sánchez, vio la tarjeta roja por una agresión a Bolaños, uno de los más veloces del cuadro albo.
El juego de Bolaños y Barcos exasperó a los defensas visitantes, que solo se dedicaron a embestir a los adversarios con juego fuerte. El árbitro Paulo Oliveira repartió tarjetas amarillas a los visitantes.
En los últimos minutos, los albos decidieron ceder la iniciativa del juego a los visitantes e intentaron hacer daño con contragolpes.
Barcos tuvo dos opciones claras de aumentar el marcador y las falló, pero igual fue la figura del partido. Apareció en los momentos claves para que Liga se adjudique un partido difícil y alcance un doble premio: la clasificación a los octavos de final y el primer lugar del grupo 8.
Ahora la ‘U’ espera a su rival, el cual se definirá la próxima semana, cuando se completen los clasificados a los octavos de final de la Copa Libertadores.
Peñarol perdió el partido y el liderato
El argentino Independiente venció ayer por 1-0 al uruguayo Peñarol, en partido del grupo 8 por la sexta y última fecha de la Copa Libertadores, disputado en Montevideo. Esto, más el triunfo de Liga sobre Godoy Cruz, dejó a los aurinegros como segundos de la llave de cara a los octavos de final.
Ante un estadio Centenario abarrotado, con más de 60 000 espectadores, Independiente abrió el marcador a los 33 minutos con un gol de Facundo Parra, producto de una falla defensiva.
El único tanto fue marcado por Facundo Parra (34)’.
En un primer tiempo discreto, Peñarol, que sufrió la baja prematura del delantero Jonathan Urreta Viscaya, careció de creación de fútbol en el medio campo y de profundidad en ofensiva ante un Independiente que con un equipo de suplentes mostró concentración y orden táctico, al tiempo que aprovechó una de las pocas situaciones de gol que fabricó.
En el complemento, Independiente afirmó su dominio, tuvo más la pelota y generó varias situaciones de gol, mientras que Peñarol se mostró nervioso, desordenado y sin ideas, con restos anímicos y esfuerzos individuales como único argumento.
Antes del comienzo del partido, la parcialidad de Peñarol desplegó la “bandera más grande del mundo”, un pabellón de
15 000 metros cuadrados y 300 de largo que tuvo un costo de elaboración de 35 000 dólares.
En el partido de ida disputado el 24 de febrero en Buenos Aires Independiente había derrotado 3-0 a Peñarol.