Con la libertad de pensamiento se actúa sin condicionamientos de nadie, con propiedad en cada actividad que uno realiza. Dios guía nuestros pasos y las decisiones que tomamos.
A Dios es a quien le rendimos cuentas al final de cada día, con la conciencia tranquila de que lo actuado fue correcto.
La libertad nos permite reflexionar y enmendar los errores para no cometerlos al siguiente día. Vivir con libertad significa una vida llena de plenitud, de convencimiento y sobre todo de entender que todos los días estamos para aprender algo, hasta el último respiro de nuestras vidas.
Como futbolista siempre me manejé con libertad, con el convencimiento de mis condiciones, que podía entregar algo mejor de mis capacidades físicas, técnicas e intelectuales. Siempre respeté las decisiones de mis superiores.
Mi libertad como futbolista y luego como dirigente nunca cambio. La libertad es actuar con conocimiento pleno y con la seguridad de lo que se hace. Ser libre es el mejor regalo de Dios.