Los técnicos Marcelo Fleitas, de Emelec, y Carlos Ischia, de D. Quito, se enfrentan por primera vez. El partido se juega a las 16:00, en
el estadio Capwell.
M. Fleitas, en su tercer partido disputa el título
Marcelo Fleitas y su familia tenían todo listo para regresar a Argentina. Los muebles de la casa que aún rentan en la ciudadela Puerto Azul (vía a la Costa) habían sido enviados a ese país.
Faltaban tres días para el retorno y su despedida del fútbol ecuatoriano parecía inminente. No había renovado su contrato con Emelec. Tampoco había recibido una propuesta de trabajo de algún club ni nacional ni extranjero. Transcurría la segunda semana del pasado mes de enero cuando recibió una llamada a su teléfono móvil. Era el presidente eléctrico Nassib Neme. Lo contactaba para ofrecerle que se quedara una temporada más.
Ese fue el primer giro inesperado en la carrera del actual técnico de los eléctricos, quien hoy dirigirá la primera final de su faceta como estratega.
La decisión era difícil, pero dos factores hicieron que aceptara la propuesta, dos horas después de la llamada. Su esposa Mariana Galiotti recuerda que cuando Marcelo cerró la llamada la miró con alegría. “Quieren que me quede un año más”.
El futuro de la familia lo decidieron juntos. “Decidimos quedarnos porque era la oportunidad para retirarse aún activo y para lograr una meta pendiente: quedar campeón con Emelec”, rememora Galiotti.
El retiro era una posibilidad remota. Si no empezaba a dirigir inmediatamente después de dejar de jugar, planeaba dedicarse a la gerencia deportiva o a la representación de futbolistas.
Pero su carrera volvió a dar un nuevo giro, al que él califica como “imprevisto y fuera de cálculo”, cuando hace dos semanas Neme lo volvió a llamar, pero esta vez para pedirle que asumiera la dirección técnica del equipo en el que hasta una horas antes había defendido en la cancha. Su último partido fue contra el Manta en el estadio Jocay.
El golero Javier Klimowicz es su amigo y su vecino en Puerto Azul. Él recuerda que Marcelo, en una reunión familiar de domingo en la que compartían asados (parrillada), le dijo que soñaba con un partido de despedida con Emelec. El ex jugador azul es partidario de la filosofía de Jorge Sampaoli, DT de la ‘U’ de Chile. Le gusta que sus equipos sean rápidos en el traslado del balón.
Carlos Ischia es uno de los alumnos de Carlos Bianchi
Carlos Ischia es de los técnicos que habla poco en público. Después de pasar una temporada al frente del club chulla todavía no es habitual verlo hablar de lo que sucede en el interior del equipo. Brinda entrevistas con conocimiento previo del tema a tratarse.
El técnico argentino bromea poco en público, aunque de vez en cuando se le escapa una sonrisa, como sucedió el pasado viernes en una práctica en el complejo Ney Mancheno, en Carcelén. Allí preparaba a la oncena que esta tarde enfrenta a Emelec, en el estadio Capwell.
Cuando llegó al Quito su hoja de trabajo traía lo siguiente: despedido de Atlas de Guadalajara (México) en el 2010, tras enviar al equipo al sótano de la tabla en el torneo Apertura. A ese equipo llegó después de que la directiva de Boca Juniors también lo despidiera en el 2009, pese a que ganó el Apertura 2008 y la Recopa Sudamericana. Eso era lo contrario a su desempeño como jugador. En esa etapa alcanzó un campeonato y una final de la Copa Libertadores con el América de Cali, de Colombia.
Ischia, de 55 años, se vinculó a Boca en el 2007 y llegó tras renunciar a Rosario Central.
Después de superar una época de malos resultados, Ischia se perfila ahora como el técnico favorito para llevarse la copa del torneo ecuatoriano. Él se vinculó al Quito en mayo pasado, tras la salida de Fabián Bustos, y a partir de ese momento, junto a varios jugadores, se ha convertido en el timón del plantel chulla, que ahora busca su quinta corona.
Su calidez humana y sencillez han sido las herramientas claves que ha utilizado Ischia para acercarse a los jugadores chullas. A eso se agrega la forma cómo plantea los partidos, ordenado en todas las zonas. En el medio campo le gusta que el futbolista pueda quitar y repartir bien el balón. “Él vivió la vida de futbolista y nos conoce a la perfección”, opina Luis Saritama.
Trabajó muchos años con Carlos Bianchi en el Vélez, con quien ganaron el título de la Libertadores, Interamericana y Mundial de Clubes. También estuvo en el AS Roma.