Italia busca rejuvenecer el equipo

Los protagonistas del fracaso italiano en el Mundial hicieron las maletas y se fueron de vacaciones. En cambio, los ‘tifosi’ deben dar un nuevo sentido a su descanso estival y el presidente de la Federación italiana de fútbol, Giancarlo Abete, se estruja el cerebro: ¿Cómo sacar a Italia del ‘valle de lágrimas’ tras el mayor desastre en un Mundial ?

El nuevo seleccionador, Cesare Prandelli, deberá iniciar un cambio de generación. Lo que Marcello Lippi no logró tampoco le va a resultar fácil a él.

“Una era ha terminado y en nuestra nueva generación no hay futbolistas de auténtica clase mundial”, dijo con razón el capitán Fabio Cannavaro, retirado ahora con 36 años.

En Sudáfrica solo se destacó el centrocampista de la Fiorentina Riccardo Montolivo, pero este ya tiene 25 años. “Tenemos déficit de jóvenes promesas”, admite Abete.

Entre 1992 y el 2004, Italia fue cinco veces campeona de Europa sub 21 y ahora teme incluso no poder superar la clasificación. “El fracaso del Mundial es también el fracaso de nuestros clubes”, afirmó Cannavaro. En lugar de apostar por jugadores italianos contratan a extranjeros.

En la temporada que acaba de terminar, el 42,9 % de los futbolistas de la Serie A era de otros países, un nuevo récord. El Inter de Milán ganó la Liga de Campeones contra el Bayern Múnich sin un solo italiano en el once inicial. Los jóvenes talentos de Italia no tienen posibilidad alguna en los clubes punteros.

“Mis jugadores tenían miedo”, admitió con franqueza Lippi. Pese a que el entrenador asumió toda la culpa, también son culpables los aficionados y los medios italianos de comunicación: los ‘tifosi’ prefieren ver ganar a su equipo por un autogol tras 90 minutos de fútbol cerrojo que perder por 3-2 en un espectacular partido de ataque.

El fútbol italiano precisa un cambio de mentalidad, porque el que tiene miedo de perder no puede ganar nada. Cannavaro aludió también al comportamiento de los aficionados.

La violencia en los estadios de Italia es cotidiana. El Gobierno ha endurecido las leyes y prohíbe a los aficionados el viaje a partidos críticos fuera de casa. Pero mucho no ha cambiado. Así Italia tuvo que tocar fondo para darse cuenta que debe replantearse cambios en la estructura del fútbol. Esto cuando aún se mantiene la herida abierta tras quedar fuera de la Copa.

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