[[OBJECT]]La Selección chilena juega hoy con Venezuela, azotada, otra vez, por la indisciplina, en un camino eliminatorio a Brasil 2014 que la tiene a su vez al borde de ser el nuevo líder del certamen.
“Estoy cansado de dar explicaciones por cosas que no hago”, dijo el técnico de Chile, el argentino Claudio Borghi, al separar esta semana del plantel a Gary Medel y a Eduardo Vargas, por amanecer en una discoteca en su día libre, rodeados de cámaras.
En total son siete los jugadores culpados por indisciplina desde que el DT asumió el mando en reemplazo de Marcelo Bielsa, sin que el equipo pueda aún mostrar regularidad en su juego.
Con otros dos jugadores, el meta Johnny Herrera y el goleador Mauricio Pinilla, Borghi tuvo diferencias que llegaron al descrédito de parte de los futbolistas, algo impensable en la era Bielsa.
“Se sacó los bistecs de los ojos”, ironizó incluso Herrera después que Borghi citó para esta fecha, y por primera vez, a jugadores de su club, Universidad de Chile, campeones locales y de la Copa Sudamericana.
‘La Roja’, goleada 4-1 por Argentina y 4-0 por Uruguay en las actuales eliminatorias, humilló 4-2 a Perú y doblegó por sendos 2-0 a Paraguay y a Bolivia.
El fantasma de Bielsa ronda y crece con cada acto de indisciplina, con cada partido jugado con menos verticalidad y control del balón del que obsesionaba al hoy DT del Athletic de Bilbao.
El hito más grave ocurrió previo al duelo con Uruguay, donde cinco jugadores fueron al bautizo de un hijo del armador Jorge Valdivia, a quien Borghi dijo que no volverá a llamar.
“No podían defenderse”, dijo el entrenador al explicar el estado etílico en que llegaron a la concentración Carlos Carmona, Gonzalo Jara, Jean Beausejour, Arturo Vidal y el propio Valdivia.
El partido frente a Venezuela, que los locales esperan “trabajado”, como dijo el llanero Nicolás Fedor, tiene además clavado el recuerdo del triunfo 2-1 de la ‘vinotinto’ en cuartos de final de la Copa América.
Entonces, los chilenos, empapados con la exigencia que les imponía Bielsa, soñaban con alzar la Copa América por primera vez en su historia. Pero Venezuela destruyó la ilusión, desnudando falencias en la preparación del partido.
Borghi, a quien en un inicio los jugadores le pidieron, sin éxito, mantener algunas normas de Bielsa, cada vez parece ser más estricto y lejano a la prensa, obligado por los desencuentros con algunos de sus dirigidos.