La confianza es una parte sustancial del éxito. Y ayuda a la persona o a un grupo a mejorar no solamente su autoestima, sino también su desempeño. La falta de confianza, obviamente, produce los efectos contrarios.
Estas dos realidades son las que se observaron la noche del sábado en el estadio de la Liga Cantonal de Rumiñahui, en Sangolquí, donde el Independiente del Valle goleó por 4-1 al Técnico. Fue el centésimo cotejo de Independiente en la Serie A.
Las diferencias fueron marcadas. Por un lado estaba el equipo del valle de Los Chillos, elenco lleno de optimismo, juventud y arrestos; dirigido con acierto, estrategia y mano dura por un ‘zorro’ en estas lides: Carlos Sevilla.
Un Independiente que ha logrado fusionar de forma eficiente la juventud de muchos de sus integrantes con la experiencia de otros, como Librado Azcona, Édgar Balbuena, Richard Estigarribia (gol a los 86’) y los mismos Fernando Guerrero y Daniel Samaniego. Jugadores que, poco a poco, se convierten en referentes y ejemplos para los más chicos.
El caso del ‘Chupete’ Samaniego es digno de resaltar. Aunque nadie le discutía el talento que tiene para manejar la pelota y organizar los ataques de su equipo, era un jugador intermitente, irregular; que en un mismo partido se prendía y se apagaba como si fuera un foco navideño. Esa discontinuidad hizo que muchas veces fuera relegado al banco de suplentes y no tuviera la continuidad que necesitaba.
Esas lagunas futbolísticas del 10 del Independiente son cada vez menos frecuentes, por lo que se ha convertido en el arquitecto del juego de su elenco. El sábado refrendó su buen momento con dos goles (50’ y 57’) de un jugador hecho y derecho, especialmente el segundo personal y tercero de su equipo, que fue como el que sueñan todos los futbolistas para graduarse de ‘cracks’.
A Samaniego y otros ‘veteranos’ se suma un numeroso y valioso grupo de jugadores jóvenes, llenos de ambición y cualidades, como Fernando León (logró el primer gol a los 22’), Andrés Oña, Armando Solís, Júnior Sornoza, Daniel Angulo, Mario Pineida…
Lo contrario pasa con Técnico Universitario, que empezó bien el torneo, pero que se fue desinflando como un globo aerostático mal calibrado. Los malos resultados de sus últimos cotejos terminaron por derrumbar sus bondades futbolísticas y convertirlo en un cuadro timorato, desconfiado, sin ganas ni ambición.
Su presentación del sábado en Sangolquí estuvo marcada por esa abulia y esa inconsistencia futbolística. El resultado: el Independiente fue arrollador.
Es de esperar que el cambio de timón mejore el accionar del Técnico y Mario Saralegui, quien se hizo cargo del equipo desde este partido, pueda revertir la situación y logre salvar al ‘Rodillo’.