Al festejo de los goles le faltó música. Los jugadores de Independiente bailaron dos veces una coreografía que se inventaron y que, curiosamente, todavía no saben a qué canción corresponde.
El director escénico fue, otra vez, el volante Fernando Guerrero. Ayer, el ‘Chiqui’ bailó junto a sus compañeros con una muestra de alegría en los dos tantos con los cuales el equipo de Sangolquí venció a Emelec (2-0).
Guerrero marcó el compás en la emoción del baile y en la exigencia del juego. Él fue el autor del primer gol, a los 30’, y en una individualidad suya llegó el segundo tanto de Mario Pineida, a los 70’.
El equipo sangolquileño consiguió un triunfo clave y en silencio entró en la búsqueda de un cupo a una copa internacional.
El plantel orientado por el DT Pablo Repetto mostró buen fútbol y ayer estuvo cerca de volver a facturar otra goleada escandalosa en menos de ochos días a los azules.
Se desperdiciaron oportunidades ante una defensa que dejó una sensación de inseguridad durante todo el partido. Emelec llegó a Rumiñahui apuntalado en todas las líneas y muy temprano su defensa se debió replantear.
Una lesión del zaguero José Luis Quiñónez terminó de resquebrajar el débil planteamiento. Gustavo Quinteros, DT de los azules, volvió a depositar la confianza en Wilson Morante, como lateral por derecha y lo sentó entre los suplentes a Pedro Quiñónez.
Morante no pudo contener a Guerrero. Nunca le pudo coger el paso y hasta antes del gol, el ‘Chiqui’ le ganó las espaldas al lateral en cinco desbordes.
Esto generó un mano a mano entre Guerrero y el portero Cristian Arana que lo terminó ganando a pesar de todas las dudas.
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La salida de Quiñónez de la defensa central del Bombillo obligó a reacomodar la zaga. Ingresó Mariano Mina y se ubicó por izquierda. Gabriel Achilier se corrió un poco a la derecha, pero nunca se acomodó con Morante.
Por ese hueco cayó el gol. Un pelotazo largo sorprendió a Achilier y Morante. No pudieron contener el balón y Guerrero remató cruzado para el 1-0 a favor del local.
El ‘Chiqui’ corrió a la banca de suplentes para la ‘bailanta’. Emelec estuvo cerca de apagar la fiesta local con un remate de Enner Valencia que fue desviado por Librado Azcona, golero local.
Fue muy poco lo que hizo Valencia en ofensiva porque fue borrado por el paraguayo Édgar Balbuena. Ambos tuvieron un encontrón verbal que casi pasa a las manos. Los dos se fueron al camerino con tarjeta amarilla y cruzándose insultos.
El segundo tiempo, Emelec salió a buscar la igualdad y dejó espacios entre volantes y defensa. Guerrero aprovechó un contragolpe y habilitó para que Mario Pineida anotara el segundo gol.
Otra vez todos se juntaron a bailar. Emelec no tuvo aire suficiente para aguantar el ritmo del equipo local y cayó en un cotejo clave.
Independiente aún se ilusiona con que el baile de los festejos sea visto a escala internacional.