Detrás del mostrador del local Liga Manía, Betsy Sornoza se acostumbró a escuchar frases de asombro. “He llegado al paraíso”, “Jamás quiero irme de aquí”, “Quiero llevarme todo lo que hay en este lugar”, son algunas de las expresiones que se les ha pegado de los aficionados de la ‘U’.
La manabita, de 42 años, atiende a los clientes de ese local y es seguidora de la ‘U’. Su afición creció en el 2008, cuando la contrataron para atender en el lugar ubicado en la avenida Mariana de Jesús de Quito. Ese año, precisamente, la ‘U’ conquistó la Libertadores.
A Betsy le ha tocado atender a seguidores albos que han pagado hasta más de USD 100 en productos deportivos. También a personas que han solicitado productos específicos como despertadores de la ‘U’, y a quienes, en ocasiones, no ha podido complacer.
Ella se radicó en la capital hace 23 años. Lo hizo con su esposo Gustavo Arias, con quien procreó a Carlos Eduardo, hoy de 23 años.
Cuenta que ambos son “más locos por Liga”. Ellos acuden, casi siempre, a los partidos de la ‘U’ en el Atahualpa y en la Casa Blanca.
En cambio, Betsy se queda en el local para atender los pedidos. Dice que esta labor la hace con gusto y que siempre está pendiente de los resultados de la ‘U’ a través de la radio o de la televisión.
A ella no le gusta apostar cuando juega LDU, pero a su cónyuge sí. Él ha apostado las ‘bielas’ por su plantel y ante Barcelona le ha ido bien.
Andrea Rubio también dedica horas productivas a su equipo, Barcelona. Ella atiende y es gerenta propietaria de Pasión Amarilla, en el centro comercial Caracol de Quito. Ahí hay 380 diversos productos para los hinchas del ‘Ídolo’.
En el lugar, repleto de peluches, banderas, camisetas, llaveros… con distintivos de Barcelona, guarda objetos queridos. Ahí tiene un álbum con fotos de jugadores como Carlos Luis Morales, Alfaro Moreno, Carlos Muñoz…
En las imágenes luce sonriente y siempre con un distintivo de Barcelona. La mujer, de 41 años, dice que su afición la tiene desde la niñez, gracias a su madre, Elizabeth Tomalá, quien alentaba al ‘Barce’.
En cambio su padre es seguidor de LDU. Pero nunca “ha molestado por la afición de su hija”.
Ella nació en Guayaquil, creció en Cotopaxi y se radicó en Quito hace 22 años. Su afición también la comparte con su esposo, Édison Veloz, y sus hijos (Eddy, de 20 años: Eduardo, de 13; y Édder, de 7 años). Con ellos ha emprendido aventuras como viajar en bus o tomar un avión para acudir a ver a los jugadores de Barcelona.
Las familias de Andrea y de Betsy irán hoy al estadio de Ponciano. Ellas no. Estarán pendientes del juego detrás del mostrador o a través de la televisión.