Freddy Hinojosa y su hijo Adrián, de 16 años, salieron contentos ayer de la Casa de la Selección. Consiguieron un autógrafo y fotografiarse con el DT de la Tri, Reinaldo Rueda.
Bajo un sol intenso, Hinojosa y su hijo aguardaron en la entrada del recinto deportivo para procurar obtener un recuerdo de los seleccionados, que ayer trabajaron a puerta cerrada en el estadio Atahualpa, desde las 08:30.
El aficionado se encontró al bus de la Tricolor, que era escoltado por cuatro motocicletas y un patrullero de la Policía, y lo siguió. Llegaron al complejo a las 11:15 y allí esperó. “Amigo, mi hijo se compró la camiseta, déjele pasar un momentito para una firmita. Yo le doy su monedita”, procuró convencer al guardia de la entrada principal, quien cordialmente le explicó que no podía dejar pasar a nadie hasta el interior.
Como Hinojosa, unos 10 aficionados más esperaron a que los futbolistas salieran para pedir autógrafos o tomarse fotos. Junto a ellos, también aguardaron amigos y familiares de los seleccionados. Rueda autorizó ayer que los jugadores tuvieran descanso y pudieran salir del recinto en la tarde, para volver a las 20:00.
“No deje pasar a nadie más. Hay muchos familiares de los jugadores que se están paseando por el interior de la Casa (de la Selección). A los choferes, que esperen afuera como el resto”, se escuchó por la radio la orden de Johnny Payo, uno de los encargados del cuidado del complejo, hacia el guardia de la entrada principal.
Pero los hinchas se agruparon en uno de los dos enormes portones verdes cuando vieron que salía Rueda. La esposa y los hijos del estratega llegaron por unos instantes para saludarlo y dejar en el sitio al menor de los Rueda, Juan David, de 15 años.
En ese instante, los aficionados aprovecharon para tomarse fotos con el adiestrador colombiano y firmar autógrafos. Una de las rúbricas terminó en la flamante camiseta tricolor de Hinojosa.
El programa La Pelota, de un canal de televisión cuencano que llegó a Quito, aprovechó para sacarle unas palabras al entrenador, quien se despidió enviando un saludo a la gente azuaya.
Mientras esto ocurría en el exterior del recinto, los seleccionados se paseaban por el interior. Otros tomaban un poco de sol en los balcones, con vista al oriente. Y otros aguardaron el momento del almuerzo. Nadia García, esposa del golero Adrián Bone, entró en su vehículo y lo esperó observando el partido amistoso que disputaba en ese instante el combinado Sub 20, contra el club 3 de Julio, de Segunda categoría de Santo Domingo de Los Tsáchilas.
Uno de los seleccionados más esperados por ese puñado de seguidores fue Antonio Valencia. “Toño, salga Toñito, para que nos firme unos autógrafos. Es solo un momento”, gritó a todo pulmón Antonio Cajamarca. El volante del Manchester United saludó con su mano derecha desde uno los balcones. “Lo esperamos”, dijo el hombre de piel canela.
Otro instante que movilizó a la gente fue cuando salieron a pie Diego Calderón y Édison Méndez, futbolistas aporte de Liga de Quito. A ellos los esperó una furgoneta Hyundai H1 de color negro. Vestidos con jean y camiseta, ambos futbolistas saludaron y posaron brevemente para fotos.
“Regálenos un saludo para La Pelota”, pidió a Méndez el camarógrafo del canal cuencano, aprovechando el momento. El mediocampista lo ignoró e ingresó rápidamente al vehículo.
Por último, una caravana de autos empezó a entrar y salir del complejo. Eran el resto de familiares que llegaron para recoger a los integrantes de la Tri. El grupo de aficionados se paró junto a la caseta, con la ilusión de que alguno se detuviera para cumplir su deseo, pero la mayoría salió rápidamente.