Esteban Paz, dirigente de Liga de Quito, cuenta cómo ha sido la planificación dentro del equipo en los tres últimos años con el logro de títulos internacionales.
Liga de Quito ganó cuatro títulos internacionales entre el 2008 y el 2010. Este año, otra vez, está en carrera, ¿cómo sostener así los proyectos dentro del fútbol?
La verdad es que no hay una varita mágica. La idea que siempre hemos tenido y compartido, dentro de la Comisión de Fútbol, es siempre soñar en grande y pensar en función del equipo. Cuando ganamos la Copa Libertadores, en el 2008, sabíamos que teníamos el reto de no quedarnos simplemente ahí con ese logro. La idea era tratar de acertar la mayor cantidad de veces y minimizar los errores. Ser responsables en el manejo económico.
¿Qué se toma en cuenta en lo financiero para el proyecto?
No sobrepasar los presupuestos. Cuando uno gana algo tan importante, el presupuesto puede crecer muy fácilmente. Se puede levantar un castillo de naipes y, si no es sólido, se puede caer rápidamente. En eso hay mucha responsabilidad. Siempre buscamos lo mejor para Liga.
¿En dónde ha estado la clave para sostener el proyecto?
En el manejo con responsabilidad. Ha sido lo más importante. No sobrepasar las posibilidades que nosotros sabemos que podemos alcanzar. Es decir, tener expectativas altas y tomar en consideración a la hinchada. No prometer falsas expectativas, pero sí crear sueños para que el hincha se motive. Ser responsables en las finanzas del club y encargar el proyecto deportivo a entrenadores capacitados. Ellos han sido quienes contratan jugadores.
¿Qué tan fundamentales han sido los entrenadores en la consolidación del proyecto exitoso?
Lo mejor ha sido encargar el proyecto a personas que tienen la metodología. Que comparten con el dirigente el mismo sentimiento de sacrificio, responsabilidad, respeto y otros valores que se conjugan. Hemos encargado a técnicos ganadores como Manuel Pellegrini, Juan Carlos Oblitas; luego a Edgardo (Bauza) y Jorge Fossati.
Entrenadores que han contado con todas las facilidades…
No solo ha sido darles jugadores de calidad, infraestructura y herramientas; sino que paralelamente, a ellos, manejar las situaciones dentro del equipo. Hacerle entender cuál es la cultura interna del club al futbolista. Por eso dicen, en Liga el futbolista se dedica a jugar. Muchos jugadores de Liga han salido y eso ha ayudado a las arcas del club. Y, sin embargo, quieren volver.
En ese proceso, ¿el dirigente contrata los jugadores?
Depende. Siempre que viene un técnico nuevo se encuentra con una base de jugadores nacionales. Liga siempre tiene una lista de jugadores referentes. Siempre viene un técnico con nuevo módulo táctico diferente y hay que coordinar con el entrenador para ver cuáles son las necesidades. Hace mucho tiempo nosotros dejamos de ser los técnicos que íbamos de viaje fuera del país a buscar jugadores. Ese no es el trabajo del dirigente. Hay que respaldar las decisiones deportivas y opciones que el entrenador escoja.
¿A partir de qué mala experiencia en el camino se fue fortaleciendo la imagen de Liga?
Liga es una institución que viene con bases sólidas desde hace muchos años atrás con dirigencias también sólidas. El sueño se fue haciendo una verdad una vez que construimos el estadio y empezamos a soñar en grande. Después, la consecución era no solo ganar campeonatos locales sino acariciar un título internacional y hacia allá fuimos. Todos esos retos que nos pusimos los fuimos cumpliendo.
¿Cómo entender que en Sudamérica, equipos como Once Caldas (Colombia), o Colo Colo (Chile) luego de ser campeones no volvieron al protagonismo en torneos internacionales?
Son equipos grandes y referentes sudamericanos. Es muy fácil obnubilarse. Uno puede perder el horizonte y el norte con un gran título. Finalmente, el título, al igual que esa ilusión, es efímero y pasa rápido. Inmediatamente uno quiere más. Esto es fútbol y uno tiene que seguir dando la misma motivación a su equipo y a su hinchada.
Objetivos más grandes dentro del mismo proyecto…
Sí. El no sentirse que uno ya cumplió sino seguir exigiéndose todo el tiempo. Eso ha hecho que el círculo de Liga siga creciendo. Ser segundos para nosotros ya es un fracaso. Es parte del techo que como dirigentes nos hemos impuesto. De ahí en adelante, ha sido no exagerar en los presupuestos.
Siendo alto ese techo que se ha puesto Liga, ¿ cómo se maneja la presión que genera la hinchada?
Es muy complicado. Claro que nos mal acostumbró Liga, pero año tras año hemos sido un referente. Cuántos equipos han estado ahí, pero Liga ha seguido siendo protagonista. La Copa Libertadores nos quitó el miedo escénico. Ahora el equipo rival nos mira de frente, con respeto y admiración.
¿Hacía dónde apunta el plan de Liga en los próximos años?
Tenemos una visión muy grande. A seguir consolidándonos a nivel nacional. Hay una tendencia en el crecimiento de hinchada. Seguir confiando en las divisiones formativas y seguir encargando el proyecto a técnicos de primer orden como Bauza. También a seguir soñando en grande
¿Mejorar en todo?
Hay que crecer en infraestructura. Tenemos sueños de mejorar nuestro estadio y la infraestructura de nuestro centro de Alto Rendimiento, donde se entrenan el equipo y las formativas. Son deudas grandes que no las puede justificar el presupuesto, pero tenemos que buscar la forma de financiar eso.