Esteban Paz ha lanzado una frase tremendamente severa a su regreso de Europa: por culpa de Jaime Iván Kaviedes, al futbolista ecuatoriano le cuesta entrar en Italia. ¡Sí!, trece años después del debut del ‘Nine’ en el Perugia, aún sigue inmanente el paso del santodomingueño por el ‘Calcio’, cuyos dirigentes miran el pasaporte de Ecuador y empiezan a temblar, como si imaginaran a Atila o a Aníbal en las cercanías de Roma.
Esta declaración generó críticas hacia Paz, que logró colocar a dos jóvenes ecuatorianos en el Udinese. Pero, para tristeza general, es rotundamente cierta. En un país que nunca alcanzó la tradición de ‘exportar’ jugadores a Europa (algo que sí logró Perú, por ejemplo), la irrupción del ‘Nine’ en Italia ocurrió tarde, cuando la Internet estaba en expansión y la globalización era un hecho. Era un auténtico embajador de cuyo desempeño dependerían más viajes. Y falló.
Antonio Valencia y Christian Noboa (que está en una liga de segundo orden) son solo excepciones. ¿Qué debe pasar para que el pasaporte tricolor sea mejor visto? Bueno, pues imitar lo del Toño. Generar jugadores disciplinados, entregados, caballerosos y responsables. Que sumen al equipo. Que sean buenos embajadores.