La FIFA y Brasil se comprometieron el viernes a trabajar “mano a mano” para organizar “la más extraordinaria” Copa del Mundo en 2014, en una reunión entre el presidente de la entidad, Joseph Blatter, y la mandataria Dilma Rousseff destinada a calmar las recientes tensiones.
“Llegamos a la conclusión de que trabajaremos juntos, mano a mano, y podremos (…) presentar la Copa del Mundo más extraordinaria jamás organizada” en 2014, dijo Blatter tras casi dos horas de reunión con Rousseff.
Blatter también destacó que Rousseff se comprometió a cumplir todos los compromisos con la FIFA asumidos por el anterior gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010). La presidenta “dijo que el gobierno de Brasil implementará todas las garantías” acordadas con la FIFA, indicó Blatter. “Tengo una confianza total en Brasil para organizar esta Copa”, aseguró.
El ministro de Deportes, Aldo Rebelo, indicó que la reunión sirvió para confirmar “el objetivo común de Brasil y la FIFA de realizar una gran Copa del Mundo y trabajar en armonía y en cooperación”. “El gobierno brasileño está empeñado en cumplir sus compromisos”, afirmó Rebelo, que participó en el encuentro, también con los exastros del fútbol Pelé, embajador del Mundial-2014, y Ronaldo, miembro del Comité Organizador Local (COL) del torneo.
La tensión entre Brasil y la FIFA alcanzó su punto álgido hace dos semanas, cuando el secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, declaró que el país necesitaba “una patada…” para avanzar en los preparativos de la Copa. El gobierno brasileño respondió rechazándolo como interlocutor.
Blatter no precisó si Valcke continuará siendo el interlocutor de la entidad con Brasil. El secretario general, objetado por Brasil, debía visitar el país esta semana, pero su viaje fue aplazado a la espera del encuentro entre Blatter y Rousseff. “Valcke continúa trabajando para la FIFA; el problema entre Valcke y Brasil es un problema del presidente de la FIFA y que yo debo solucionar. ¿Pueden darme el tiempo para solucionarlo?”, dijo Blatter a los periodistas tras la reunión.
Pelé afirmó que durante la reunión pidió “a Dilma que no me llame más de (ex) ministro (de Deportes, NDLR) sino de bombero”. “Estoy aquí para apagar los incendios. Es eso que estoy haciendo. A partir de ahora tengo certeza de que vamos a caminar en armonía, sin confusión”, dijo a la prensa.
La reunión de Blatter con Rousseff tuvo lugar tras la renuncia esta semana del poderoso presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) , Ricardo Teixeira, acosado por denuncias de corrupción, que también dejó el Comité Organizador Local de la Copa que co-presidía con los exjugadores Ronaldo y Bebeto. Teixeira, que se mantuvo 23 años en el cargo, aspiraba a reemplazar a Blatter en la presidencia de la FIFA después del Mundial-2014, pero sus relaciones con el actual jefe del fútbol mundial y con Dilma Rousseff –que nunca le recibió en audiencia — nunca fueron buenas.
En la CBF y en el COL “tenemos nuevas personas, es un pasaje natural que ocurre en todo el mundo”, se limitó a comentar Blatter, consultado al respecto por la prensa. La FIFA ha criticado varias veces a Brasil por atrasos en los preparativos de la Copa, y exige la rápida votación de la ley de la Copa del Mundo en el Congreso, aplazada varias veces.
Uno de los aspectos más polémicos de esta ley es la autorización para vender bebidas alcohólicas en los estadios durante los partidos, prohibida en Brasil, pero que la institución precisa para satisfacer exigencias de su auspiciante Budweiser, fabricante de cerveza propiedad de la belgo-brasileña Inbev.
Tras varios aplazamientos, la Cámara de Diputados intentará votar la ley la próxima semana. El gobierno ha indicado su compromiso con aprobar la venta de cerveza en los estadios y el presidente de la Cámara baja, Marco Maia, almorzó el viernes con Blatter para comunicarle también esa intención. La FIFA también controla si las obras en los estadios de las 12 ciudades sede de la Copa cumplen los cronogramas. Brasil se ha comprometido a tener todo al día para 2014.