La estampida del domingo en un amistoso internacional demostró una realidad constante en el fútbol africano: la dificultad de organizar al público con seguridad.
Al menos 14 personas resultaron heridas, en su mayoría aficionados nigerianos que trataron de abrirse paso en el Estadio Makhulong de Tembisa, en las afueras de Johannesburgo, para ver a su país jugar un amistoso previo al Mundial contra Corea del Norte.
La organización y la seguridad del partido, que corrió por parte de la Federación de Nigeria, resultó insuficiente y los hinchas derribaron una puerta e hirieron gravemente a un policía sudafricano.
El escenario tenía capacidad para 12 000 espectadores.
La imagen de aficionados intentando abrirse camino en los estadios utilizados para partidos importantes es algo normal en el fútbol africano, una práctica que a menudo termina con consecuencias mortales.
Hace un año, 19 personas murieron y 100 resultaron heridas en una estampida que se produjo en un duelo de clasificación para el Mundial entre Costa de Marfil y Malawi, en Abiyán.
Duelos de clasificación para la Copa del Mundo en África, donde los procedimientos de seguridad se imponen al azar, han tenido un saldo mortal en la última década, con gente muriendo aplastada en Guinea, Liberia, Nigeria, Togo, Zambia y Zimbabue.
Para el Mundial se han tomado innumerables medidas de seguridad para asegurar que el torneo esté libre de incidentes, pero esos controles no existen en otras competencias, incluso dentro de la misma Sudáfrica.
“No hay muchas posibilidades de que haya una mayor seguridad en los partidos normales de África tras la Copa del Mundo”, expresó el académico estadounidense Peter Alegi, residente en África y experto en fútbol.
Implementos como vallas de seguridad o medios de transporte policial son difíciles de encontrar en los estadios de África. Esto, sumado a la falta de capacitación del personal de seguridad aumenta el problema.