A un año del Mundial 2014, donde defenderá su título, la selección española se probará en junio de 2013 en Brasil, donde quiere ganar de paso el único título que falta en su palmarés: la Copa de las Confederaciones.
Para los campeones del mundo y dobles campeones de Europa, un cuarto título seguido con el Mundial en Brasil, sería sinónimo de apoteosis y récord absoluto.
Pero antes, la Roja quiere aprovechar la Copa de las Confederaciones para comenzar a tomar la temperatura a Brasil, que le espera dentro de un año.
En la fase de clasificación al Mundial, las cosas parecen ir por buen camino ya que es primera de su grupo tras su victoria (1-0) en marzo en París contra Francia y solo tiene que administrar bien sus tres últimos partidos contra Finlandia, Bielorrusia y Georgia para sacar su billete a Rio.
Pero mientras llega 2014, España quiere continuar su cosecha de títulos. Semifinalistas en la Copa de las Confederaciones de 2009 en Sudáfrica, los jugadores de Vicente Del Bosque quieren borrar la derrota sufrida en aquella ocasión contra Estados Unidos (2-0) , que les privó de la final.
En un grupo a priori accesible, en el que están Uruguay, Nigeria y la exótica Tahití, la Roja tiene buenas posibilidades de acceder a semifinales, donde se podría encontrar con Italia o Brasil. El seleccionador español, para esta Copa de las Confederaciones, ha preferido jugar la carta de la estabilidad.
“No podemos hacer cambios todo el tiempo. Tenemos plena confianza en este efectivo y nuestra referencia es el partido (de marzo en París) contra Francia”, dijo en el anuncio de su lista para la Copa de las Confederaciones.
Pese a todo, regresan al equipo Javi Martínez, coronado este año con un flamante triplete Liga de Campeones-Bundesliga-Copa de Alemania con el Bayern, Roberto Soldado e Iker Casillas.
Aunque Javi Martínez, que ya estaba en el equipo en el Mundial-2010 y en la Eurocopa-2012, y Soldado, que ya ha jugado seis partidos internacionales, no pueden ser considerados novatos.
En cuanto a Casillas, es simplemente el alma de esta selección. Ausente contra Francia debido a una fractura en la mano izquierda, no quiere sufrir la misma suerte que en el Real Madrid, donde Mourinho lo relegó al banquillo como castigo. Tal estabilidad tiene un precio, que para España se llama fatiga.
Procedentes en su mayoría de los dos grandes de España, Real Madrid y Barcelona, que dieron esta temporada señales de cansancio en los partidos de competiciones europeas, los jugadores de la Roja van sin duda a acusar esta prolongación de la temporada.
La mejor prueba es la ausencia del centrocampista del Real Madrid, Xabi Alonso, que no estará en la Copa de las Confederaciones debido a una pubalgia.
Pese a que Del Bosque tiene tendencia a relativizar la importancia de esta fatiga al decir “se trata del final de la temporada, todas las selecciones llegan cansadas”, tratará de no cargar con muchos minutos a sus hombres importantes en el centro del campo: Xavi Hernández, Sergio Busquets y Andrés Iniesta.
Queda por resolver la cuestión del delantero. Si España se ha decantado hasta ahora por un sistema de falso nueve con el centrocampista Cesc Fábregas como atacante, su eficacia ofensiva es relativa (8 goles en la fase de clasificación en cinco partidos, tantos como Francia) .
La temporada relativamente decepcionante de Fábregas en el Barcelona y el regreso a la mejor forma de sus verdadero delanteros de punta, Soldado (30 goles entre todas las competiciones esta temporada) y en menor medida Fernando Torres (22 tantos) podrían llevar a Del Bosque a decantarse por un sistema ofensivo más tradicional.