El ambiente en el casco comercial de Guayaquil es amarillo por donde lo mire. Banderas, pitos, camisetas, discos musicales, gorras y sombreros son algunas de las cosas que más se venden.
En el sector de la Bahía, un lugar que concentra al mayor número de comerciantes de la ciudad y que a diario recibe a 300 000 personas, la oferta de camisetas de Barcelona despuntó desde el último clásico del Astillero, cuando le anotó cinco goles a Emelec. Pero en las dos últimas semanas, a propósito del partido final de los toreros con Olmedo, que se jugará este fin de semana, las ventas han aumentado en este sector. La razón: todos quieren vestirse de amarillo el día en que Barcelona obtenga su estrella 14.
En el sector de la calle Villamil de la Bahía, los pasillos están llenos de hinchas que preguntan y se prueban camisetas. Los vendedores flamean las prendas como si fuesen banderas. La alegría se siente, el negocio parece próspero. Eduardo Pino lleva puesta la camiseta de Emelec, pero vende las del rival de patio en USD 6.
Las ventas de los productos ligados a Barcelona se duplicaron. Incluso existen comerciantes que han triplicado sus ganancias. En el mismo lugar, José Edival tiene su puesto donde ofrece camisetas de varios modelos. “Venga, vístase de amarillo y celebre el domingo con su camiseta puesta”, era su grito para atraer hinchas.
La camiseta oficial del equipo era la más pedida, pero también se destacaban las alternas y las que se usan para entrenarse. Los modelos sin mangas para entrenamientos cuelgan en armadores, forrando los negocios. Hay en verde, negro, anaranjado y amarillo. El ingenio está impreso. “Barcelona es Barcelona, los demás valen paloma”, decía en una camiseta negra que finalizaba su mensaje con un ave dibujada. “Ídolo, ¿cómo te explico cuánto yo te amo?” y “Barcelona, vas a ser por siempre mi pasión” eran las principales leyendas que tenían las camisetas.
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“Es que todas tienen demanda” dijo Edival. Él vendió hasta la mañana de ayer cerca de 150 camisetas. La venta diaria está entre las 200 y 250 prendas desde USD 5 hasta 28. Un mes antes, solía vender 30 camisetas al día.
Julio Ocaña llegó desde el sector del Guasmo, en el sur, y llevó por USD 18 cuatro ‘pieles’ amarillas con la leyenda: “Vamos por la 14”.
En otro sector de la Bahía, en la calle Colón, Laura Obregón hacía sonar una vuvuzela de plástico, que se popularizó en el Mundial de Sudáfrica. El ruido ensordecedor atrajo la atención de varios ciudadanos. Ella salió a recorrer las calles de la ciudad con 100 de esos aparatos a las 09:00. Los ofrecía a USD 4 y a las 11:30 había vendido 98. Ella invirtió USD 60.
La felicidad era notoria en los hinchas, pero más en los vendedores, sobre todo en los informales. John Rodríguez recorrió el centro de la ciudad ofreciendo videos y canciones toreras. Empezó su negocio el lunes, y a diario vende 60 discos. Y desde hoy espera sobrepasar los 100. “La gente quiere poner las canciones del equipo en sus carros, en sus casas”, dijo. Invirtió USD 40 en 100 discos que los ofrece en USD 2.
Más adelante, en las calles Pío Montúfar y Clemente Ballén, otro sector altamente comercial, en los talleres de producción de camisetas, banderas y sombreros, el trabajo se incrementó las dos últimas semanas. Los pedidos de los distribuidores crecieron 100%. En el taller de Geovanny Pilco, que fabrica camisetas tipo polo de Barcelona, el personal pasó de 10 a 30. Allí, ocho artesanos cosen 300 camisetas diarias, mientras otro empleado estampa un toro en las banderas. El calor y el ruido de las maquinarias semiindustriales era intenso ayer.
Pero la fiebre por Barcelona se extiende en el norte, en La Alborada. Andrés Espinosa elaboraba camisetas artesanalmente. En su taller de serigrafía, ubicado en el Centro Comercial Albo8, los pedidos de prendas crecieron cuando Barcelona ganó la primera etapa. Hoy, la producción alcanza las 60 camisetas diarias con leyendas: “BSC Campeón 2012”. Y cuyos precios van desde los USD 8 a los 10. Espinosa dice que puede trabajar hasta la madrugada, pues como fundador de la Sur Oscura, a mediados de los 90, su trabajo es pura pasión por su equipo, al que verá ganar la corona 14.
Los bares
Los negocios prefieren el partido final el sábado
Para Édison Chamorro, gerente administrativo del bar El Colonial, un conocido centro de diversión de la zona rosa de Guayaquil, los preparativos para el partido BSC vs. Olmedo dependen sobre si dicho encuentro se realiza el sábado o el domingo. Esto, por la prohibición de venta de bebidas alcohólicas en los domingos. Ayer, se esperaba la concentración de al menos 180 personas (la capacidad del sitio es de 200) para el Dep. Quito vs. Emelec. “Los grupos de tres a cinco oficinistas que ven el fútbol aquí gastan hasta USD 50 en cada partido”, indica Chamorro. Solo alrededor del bar El Colonial, en un radio de una cuadra, existen unos 30 bares.
Los hospedajes
Algunas reservaciones se hacen desde Quito
El sector hotelero porteño también se han visto beneficiado por el fenómeno Barcelona. El Ramada, ubicado en el centro de Guayaquil, registró un incremento del 70% en las reservaciones para este fin de semana. Normalmente las reservaciones oscilan entre 37 habitaciones, pero esta vez registró más de 50, en su mayoría realizadas desde Quito. En el Hotel Oro Verde se espera copar el 75% de su capacidad este fin de semana. Diego Andrade, gerente de Mercadeo mencionó que el aumento (del 25%) es un caso particular para esta fecha y añadió que no existe otro acontecimiento especial que justificar aquello.