El DT Dunga ha hecho grandes esfuerzos para aplacar las críticas y valorar los elogios luego del decepcionante debut en Sudáfrica ante Corea del Norte.
Utilizando todos los clichés posibles, el entrenador recordó que este fue el primer partido, los jugadores estaban ansiosos y era natural un comienzo nervioso en el torneo.
A pesar de todos los problemas relacionados con el partido inaugural, Brasil tuvo un buen comienzo, sobre todo en la segunda mitad, cuando trabajaba con más velocidad. “La primera etapa nos llevó a encontrar el mecanismo del juego. Lo importante es que fueron eficientes. Sin eficiencia, no llegaremos a ninguna parte”, aseguró el entrenador.
Como siempre, a Brasil se le hacía difícil jugar contra un equipo bien cerrado en defensa. Era previsible, pues en las eliminatorias ya tuvo decepcionantes empates en casa, siempre en 0-0, con Bolivia, Colombia y Venezuela. A pesar de esta historia, Dunga prefirió alabar a su oponente y decir que las selecciones están en auge. Lo mismo ocurrió tras la agónica victoria sobre Corea del Norte.
“El movimiento de Corea para cerrar los espacios era casi perfecto. El equipo trató de acelerar el juego y, por tanto, el aumento de los pases erróneos. Pero en la segunda mitad, creamos suficiente fútbol”, agregó.
Dunga sustenta que los errores son comunes en el fútbol. Sin ellos, este deporte sería una monotonía.
“Todos los objetivos se derivan de fracasos”, sostiene. De lo contrario, todos los partidos terminarían 0-0. La ventaja de 1-0 ante el más débil del grupo (en teoría) ni siquiera le molesta a Dunga porque le interesa ganar como sea. Con el 0-0 entre Portugal y Costa de Marfil, un empate contra los africanos de Didier Drogba, el domingo, será un resultado peligroso, al igual que el partido contra Portugal en la última ronda de la fase de grupos del Mundial.
Un empate podría ser perjudicial para Brasil, si los portugueses y marfileños derrotan a Corea del Norte por más de un gol.
“Nadie puede predecir lo que sucederá en los juegos venideros. Ya hemos ganado”, se tranquiliza el estratega campeón en el Mundial 1994.
Sin embargo, el camino recién inicia para Brasil en este torneo. Dunga confía en su plantel y en que elevarán su desempeño en la cancha. A pesar de la victoria, Kaká está aún lejos de su mejor juego. Corrió mucho, pero en ningún momento fue capaz de imprimir su fútbol de velocidad y toques rápidos. “Kaká no tuvo ritmo de juego en cinco meses, por eso no podía sostenerlo todo el partido”, defendió al volante del Real Madrid.
En todo caso, Dunga dejó en claro que aún busca la perfección.