‘El dirigente de fútbol debe evitar el desgaste’

notitle

notitle

Entrevista a Pedro Fernández de Córdova, máster en Negocios y administración de fútbol.

Nicolás Leoz cumplirá 25 años como presidente de la Conmebol y será reelecto hasta el 2015. Lo mismo ocurre con otros directivos de la región en el fútbol. ¿Es aconsejable que ellos se perpetúen en el poder?

Estos dirigentes tienen experiencia y esto es clave para que se cumplan los procesos y los objetivos de las federaciones y, además, de los clubes de fútbol. Por eso, más que por el tiempo de sus mandatos, se los debe medir por resultados. Por ejemplo, en Argentina, Julio Grondona ya suma 32 años y su gestión no ha dado resultados exitosos a su selección en los últimos años. Este es un parámetro por el cual se debería evaluar a Grondona.

Entonces, ¿en el fútbol son más importantes los resultados que la capacidad de gestión del dirigente?

Un dirigente, con cuatro años en el poder, tendrá problemas para lograr resultados. En cambio, un dirigente que acumula experiencia puede realizar una mejor planificación y conseguir los objetivos. Pero un dirigente también debe evitar el desgaste.

En Chile, Harold Mayne Nichols estuvo solo un período en la presidencia y su selección se clasificó al Mundial de fútbol...

Sí. Por eso, resalto que, más que el tiempo de un dirigente al frente de una federación o un club, importan más los resultados.

Con lo dicho, ¿cuál es el tiempo prudente para que un dirigente se mantenga en el poder?Si el dirigente, pese a toda su experiencia, muestra que no tiene decisiones acertadas debe dar un paso al costado. El problema con los nuevos directivos es que ellos no aprovechan los buenos resultados de sus antecesores. Por eso, no siempre logran resultados. Es muy común que borre todo lo que se hizo antes. Así no hay progreso y se destroza la institucionalidad de federaciones y clubes.

¿La institucionalidad de una federación o un club depende de su presidente?

Cuando una federación o un club sabe cuál es su filosofía y cómo obtener resultados, no importa el cambio de líder. Entonces, no hay problema de que llegue un nuevo presidente. Así, se mantiene la institucionalidad. En cambio, hay muchas instituciones que dependen de una sola persona. En ese caso, hay un problema.

De todos modos, en la región se evidencia que no hay alternabilidad de los dirigentes. ¿Por qué ocurre esto?

Lo que ocurre es que un directivo que tiene más aciertos no es cuestionado. En Ecuador, al menos, los dirigentes de los clubes, votaron unánimemente por Chiriboga y no hubo réplicas. Tampoco existió evaluación fuerte de la prensa. Pero cuando se acaben los éxitos, el propio Chiriboga sabrá que debe dar un paso al costado.

¿A los clubes les falta autocrítica para elegir a su representante?

En el caso de Chiriboga funcionó la opinión de la mayoría. Sin embargo, no todo está bien en la Federación. En el último proceso mundialista quizás se falló con la elección del entrenador y no se logró la clasificación.

Entonces, ¿que un dirigente se perpetúe en el poder es por causa de los clubes?

Lo que ocurre es que los dirigentes se mantienen en la zona de ‘confort’. Los directivos de las asociaciones de los países sienten que si apoyan a un líder, él lo respaldará. Lo mismo ocurre en los clubes y en las confederaciones. Además, en los clubes no hay paso a la renovación de los estatutos y de nuevos cuadros dirigenciales y de gente innovadora.

¿Los reglamentos de los clubes frenan la aparición de nuevos dirigentes?

Sí. Los reglamentos del Quito, por ejemplo, decían que una persona solo podía postularse a la presidencia si ha estado relacionado al club al menos 15 años. Esto impide que una persona llegue a la presidencia. Existen otros casos, como el de Liga. Este equipo es administrado por un grupo de personas como Esteban Paz y ellos no se involucran mucho en lo dirigencial. Por eso, tampoco aparecen nuevos dirigentes.

Suplementos digitales