Unos 20 hinchas del Deportivo Quito, ubicados en la general norte del estadio Alejandro Serrano Aguilar, despidieron con aplausos a los jugadores y cuerpo técnico de su equipo. El reconocimiento fue mutuo desde la cancha, antes de ingresar al camerino tras golear 4-1 al Deportivo Cuenca.
El júbilo por la goleada era compartida por aficionados y futbolistas chullas, eso se evidenciaba en sus rostros. Y no era para menos, marcar cuatro tantos en 18 minutos no es de todos los días. Un resultado parcial de 4-0 nunca antes se había registrado en el escenario cuencano. La hinchada colorada no lo podía creer.
Al final del partido, en conferencia de prensa, el técnico argentino Luis Soler sostuvo que “fueron 20 minutos fatales en los que nos hicieron cuatro goles y no lo pudimos solucionar”. Pero, la ‘Academia’ tuvo otras llegadas de peligro antes del primer tanto del delantero argentino Matías Alustiza, marcado a los 28 minutos.
El mismo Alustiza (en dos ocasiones) y Luis Saritama ya pusieron en alerta al portero argentino Juan Marcelo Ojeda. Hasta ese momento, el cuadro local no tuvo ningún ataque con real peligro.
La anotación de Alustiza llegó tras un centro de Álex Bolaños. El ‘Chavo’ con toque sutil venció a Ojeda. El segundo gol fue obra de Bolaños. Hubo reclamos por una supuesta posición adelantada.
Los defensas del ‘Expreso Austral’ dieron ventajas por todos los sectores de la cancha y de eso se aprovecharon los ofensivos del conjunto capitalino. Y más todavía con la lesión del zaguero central Deison Méndez, a los 36 minutos. En su reemplazo ingresó Gregory González.
Precisamente González fue quien cometió una falta dentro del área a Fidel Martínez. El árbitro central pitó penal y Alustiza ,con clase, envió el balón al costado derecho con relación a Ojeda. En los graderíos, la gente buscaba una explicación al 3-0. En la cancha, el técnico argentino Luis Soler tampoco ocultaba su enfado.
El show de Alustiza era incontrolable. Tras romper la trampa del fuera de juego, el atacante se encontró solo con Ojeda y cuando el arquero dejó su portería trató de hacerle un “sobrero”. Lo que hizo es enviar el balón al marcador electrónico. Se tapó la cara de la vergüenza y se fue a lamentar detrás de una valla publicitaria.
Por la demora en la reanudación del juego, el réferi ordenó jugarse dos minutos de adición. En ese primer minuto, Martínez marcó de cabeza ante un centro preciso del juvenil Pedro Velasco. Con esa conquista se terminó la primera etapa y la hinchada local despidió con silbatinas a los jugadores y al cuerpo técnico.
En la segunda mitad, ambos técnicos hicieron variantes tácticas. Ischia ordenó una línea de cinco defensas. Soler, en cambio, bajó a la zaga al volante paraguayo Miguel Paniagua y formó una línea de tres. Subió al medio campo a Roberto Valarezo, quien marcaba por derecha e ingresó a Miguel Bravo por Mike Rodríguez.
Poco ganó en ofensiva el cuadro colorado ante una “muralla humana” que puso Ischia. El argentino Federico Laurito luchó solo en la delantera hasta el ingreso de Julio Angulo, a los 60 minutos, en sustitución del volante argentino Javier Robles, quien poco aportó.
El ‘Expreso Austral’, en los últimos 30 minutos, atacó de manera desordenada y sin un jugador creativo. Poco aprovechó que a los 63 minutos de juego el conjunto visitante se quedó con 10 jugadores, tras la expulsión de Álex Bolaños, quien agredió a Valarezo.
A los 84 minutos, como consecuencia de su insistencia, Laurito fue trabado dentro del área y Salazar decretó el penal. El mismo argentino ejecutó y venció a su compatriota Marcelo Elizaga, quien durante el encuentro tuvo pocas jugadas de peligro.
En la segunda etapa, Alustiza también tuvo dos oportunidades de anotar. La primera, su cabezazo impacta en el horizontal; y la segunda, su remate fue desviado por Ojeda. En la última jugada del cotejo, Dixon Arroyo ensayó dos remates consecutivos que fueron atajados por Ojeda, quien resultó el gran sacrificado de la tarde.
Por eso, al final del encuentro, Ojeda y Laurito fueron los únicos aplaudidos. Incluso Laurito, antes de entrar al camerino, con sus manos juntas pidió perdón a la hinchada por el vergonzoso 4-1. En definitiva, Deportivo Quito desnudó las falencias defensivas del representativo azuayo.