La Selección de Colombia tiene un propósito incierto y gaseoso en la Copa América. El temor a la derrota hizo que se sacara del diccionario del cuerpo técnico la palabra ‘título’. Tampoco se habla de ir solamente a participar o de tomar el torneo como un simple trampolín para la eliminatoria al Mundial 2014. Así las cosas, Colombia nada en las aguas tibias de hacer “una buena Copa”, como dijo el DT Hernán Darío Gómez.
Con la lesión de Giovanni Moreno, pieza sobre la que construyó todo su inoperante esquema ofensivo (¡es la Selección colombiana con menos gol en comparación con las últimas cuatro!), cambió su inicial montaje de 4-2-3-1, y convocó a un equipo en que alineará mediocampistas mixtos, con la pretensión de tener un equipo con jugadores que pisen las dos áreas, que sepan quitar y puedan crear.
El liderazgo del equipo lo tiene el veteranísimo zaguero Mario Yepes, pese a que ahora es primer suplente en el campeón italiano AC Milan. Freddy Guarín con su fenomenal temporada en el Porto portugués es la esperanza de generación de ataque.
Y el gol, ese grave y crónico problema de Colombia, parecería no tener problema con la presencia de Falcao García (líder artillero de la Liga de Europa y máximo anotar del Porto), Teófilo Gutiérrez (sensación anotadora del Racing argentino), Hugo Rodallega (que mal que bien hace sus golecitos en el Wigan inglés), Jackson Martínez (artillero del Jaguares mexicano), Adrián Ramos (goleador del Herta Berlín alemán, de regreso a la división A) y Dayro Moreno (Once Caldas).