La intención es erradicar el consumo de alcohol de las ligas barriales de Quito. Esta decisión despertó contrarias opiniones en los dirigentes de las diversas entidades.
El sábado 29 de septiembre, el Municipio firmó un convenio con dos matrices de las ligas barriales: La Asociación de Ligas Barriales de Pichincha (Asoligas) y la Asociación de Microfútbol. En principio participarán 40 ligas de las 400 que existen en Quito.
En el futuro se calcula que el convenio acogerá a 7 500 equipos, con más de 3 000 deportistas. Y detrás de ellos, familiares y amigos que llegan a las 750 000 personas involucradas.
Existen entidades como la Federación de Ligas Barriales de Quito (Fedeligas) y la Unión de Ligas Independientes (UDLI), que aún no se acogen a este plan municipal. Pero, internamente, sus filiales han buscado soluciones para restringir el consumo de bebidas alcohólicas.
Las ventas bajaron
Por ejemplo, en la Liga Marquesa de Solanda (sur de Quito) no se consume alcohol desde hace tres meses, según los dirigentes. Esta entidad, filial de la Asoligas, acató la orden de su matriz, presidida por Jorge Cartagena.
Carmen, una de las comerciantes, contó que las ventas han bajado desde que se prohibió el expendio de cerveza. “Antes, los deportistas se quedaban, después de jugar, a tomar una cervecita con un plato de mote. Ahora terminan el partido y toman afuera. Ahora no se ve, casi a nadie”.
El escenario es diferente en la liga México. Allí, el 21 de julio, el alcalde Augusto Barrera inauguró una tribuna. En su discurso, incitó a los vecinos y deportistas a dejar de consumir alcohol y a cuidar las instalaciones deportivas.
David Valencia, presidente de la Liga México, emprendió la laborar de cuidar la tribuna, un día después que se inauguró el complejo. “No permitimos el consumo de alcohol en los graderíos. Hemos creado lugares exclusivos para el consumo de bebidas”.
En la México, los dirigentes y los deportistas han buscado alternativas. El bar, que está en una esquina del complejo deportivo, cuenta con mesas y sillas. Ese es el único lugar en donde está permitido el consumo de cerveza.
Esta última Liga aplica la ley a raja tabla. Según Valencia, la persona que beba en la tribuna “será expulsada del complejo barrial y sancionada por la dirigencia”, en caso de que sea deportista.
Barrera, en aquel acto, aseguró que la UDLI sería una de las primeras en firmar el convenio. Pero esto no sucedió . Valencia argumentó que “fue el Municipio el que dio el paso atrás, pues querían que sean siete u ocho ligas las beneficiadas. Nosotros dijimos las 110 o ninguna”. Sin embargo, aún están en conversaciones.
En la liga Conocoto, las vendedoras mencionan también que las ventas han disminuido. El último fin de semana, en un recorrido, que hizo este diario, tres personas disfrutaban de una ‘helada’ frente de la tribuna. “Unita no le hace daño a nadie. El problema es que viene otra gente y se emborracha, no sabe controlarse”, dijo uno de los integrantes del grupo.
La inmersión del Municipio quiteño en las Ligas barriales se dio porque recibieron denuncias que los deportistas suelen emborracharse en los interiores y exteriores de los escenarios.
“Aquí toman fuerte (licor). Casi todos los fines de semana hay peleas entre los hinchas o entre los deportistas, y como se quedan hasta tarde, a veces, se roban los carros que dejan parqueados afuera. Es peligroso”, esta es la voz de una aficionada, en Conocoto.
En la liga San Juan, la jornada del pasado sábado 29 de septiembre estuvo matizada por música nacional. Esta salió desde el parlante del bar en la parte alta de las gradas. Había bancas y desde ahí se podía observar el centro de la ciudad, como un mirador.
La cerveza se vendía en jarras. La espumosa bebida alegraba a las 15:00 a un grupo que había jugado una hora antes en representación de sus clubes.
La tarde era fresca, sin sol. En la cancha, los equipos juveniles Atucucho y La Magdalena jugaron. El árbitro pidió, desde abajo, que le guardaran una jarra. USD 3,5 costaba cada envase, que contiene tres cervezas, el llamado ‘combo’.
La señora del bar contó que vende cerveza “solo hasta las 18:00, de ahí ya no”. Se expende en envases de plástico para evitar problemas. Y a quienes están “malitos”, ya no se les vende. Mejor se los acompaña a la salida”.
Lizbeth Ávila, quien vive al frente del estadio, indicó que los problemas eran constantes dentro y fuera del complejo. “Una vez, incluso, le partieron la cabeza a alguien”. Pero ahora todo es tranquilo “desde que se controló la venta de cerveza”.
Ernesto Paredes, directivo de la liga, confirmó que el domingo no se vende cerveza, solo los sábados, según la regulación. “Quienes sí se molestaron fueron algunos hinchas que, bajo el calor del sol, querían continuar y no entendieron que era por la normativa”.
Las pérdidas por la medida
En Cotocollao, al otro extremo de la tribuna, una carpa de una reconocida marca protegía del intenso sol a quienes llegaban a comer, mientras en la cancha se desarrollaba un partido Sub 40, entre Cangagua y Salvador.
En la tribuna, jugadores e hinchas de cada club miraban animados el partido. En el otro extremo, junto a la carpa con mesas y sillas, había un bar.
Un grupo de siete personas tomaba cervezas en vaso y en botella. Quienes iban a la tribuna, la llevaban en un vaso plástico. Música a bajo volumen y el cántico de uno de los participantes, matizaron el ambiente.
A las 16:30, el sol pegaba de frente a este sector del complejo. La señora del bar accedió a vender una cerveza, pero indicó que no podían llevarla a la tribuna.
La botella costaba USD 1,25. Peter Cuesta, quien administra el bar, detalló que a raíz de la autorregulación y de la Ordenanza Municipal, la venta disminuyó. Antes consumían hasta 35 jabas semanales. Ahora, solo 25.
En el desarrollo de la jornada llegó la Policía Metropolitana. Sus integrantes estuvieron tres veces por periodos de 10 minutos. Esto también hicieron los policías de la UPC La Delicia. Fausto Risueño, titular de la liga, y presidente del Comité Promejoras del barrio participó en el control.
En La Luz, a las 10:00 del 29 de septiembre, Racing había jugado ante Cosmos. Algunos de sus jugadores se quedaron conversando. Además, consumieron cerveza, en la tribuna, hasta las 16:00.
Igual que en San Juan, la cerveza se entrega en jarras. “Lo máximo que se toman en grupo es una jaba y se van”, aseguró el controlador de la entrada. También hay la prohibición de vender en botellas para evitar riesgos.
No se puede meter licor, pero tampoco hay un límite para vender las jabas. A las 17:32, cuatro jugadores del Racing, identificados por los uniformes, se retiraron con sus esposas e hijos. Aquí se vende hasta las 16:00 del domingo. Doña Luz, la propietaria del bar, lamentó la medida, porque “solo con el expendio de alimentos no alcanzará”.
La Cervecería Nacional, en un comunicado emitido a este Diario, expresó que “ha sido un constante auspiciante de las ligas barriales (…). Este apoyo ha consistido en ayudas con implementos e indumentarias deportivas, infraestructuras y recursos destinados a las actividades de promoción del deporte, las relaciones sociales entre vecinos y el encuentro familiar”.