Los cinco grandes errores arbitrales

Quizás el error más notorio (y desequilibrante para el marcador) fue la anulación de un gol a Estados Unidos, que le hubiera significado una fenomenal remontada frente a Eslovenia.

Pasada la mitad de los partidos de este Mundial de Sudáfrica 2010 (con España vs. Honduras ya van 32 de los 64 encuentros programados) hay jugadas puntuales que dejaron en entredicho a los árbitros y que levantaron las primeras controversias.

El peor arbitraje, sin duda, fue el del réferi francés Stephane Lannoy en el partido entre Brasil y Costa de Marfil.

Hace cuatro años, en la Copa del Mundo de Alemania, el mismísimo Joseph Blatter, el mandamás de la FIFA, criticó a los jueces por sus desaciertos, aunque después tuvo que deshacer sus palabras con un chiste.

Ayer, el español José María García Aranda, encargado del tema arbitral en la rectora mundial, dijo que estaba muy satisfecho con el trabajo de los hombres del pito y los banderines, y cayó en el lugar común de justificar su fallas: “Son errores naturales de cualquier ser humano. La capacidad de los árbitros es muy alta”, dijo.

Pero estos son los cinco errores más graves de la primera mitad del Mundial: primero, la anulación del que pudo ser el tercer gol de Estados Unidos en el empate 2-2 contra Eslovenia por parte del árbitro Koman Coulibaly, de Malí. Un tiro libre de costado que remató Maurice Edu, se creyó que la invalidación se originó por un supuesto fuera de juego, que nunca existió. Después, se pensó que pudo haber ocurrido una falta de Altidor sobre su marcador... Pero en el video se demuestra que hay seis parejas de jugadores en el ‘coge coge’. Tremendo error que podría costarle a Estados Unidos el paso a la segunda ronda.

Segundo, el juez francés Stephane Lannoy tiene el ‘honor’ de la peor conducción de lo que va del torneo. En el partido entre Brasil y Costa de Marfil validó el segundo gol de Luis Fabiano, luego de que acomodara dos veces el balón ayudado por sus brazos. Lo peor es que se devolvió al centro del campo charlando con el brasileño, a quien le preguntaba si efectivamente le había metido la mano. ¡Qué ingenuo! ¿Qué creyó que le iba a contestar? Luis Fabiano metió la mano y el juez, la ‘pata’.

Tercero, el mismo Lannoy volvió a embarrarla en la expulsión del brasileño Kaká. Primero, le mostró amarilla por una jugada en la que el marfileño Keita fue el que cometió la falta. Y tres minutos después, ‘le compró’ al mismo Keita un engaño: Kaká le metió el brazo en el pecho y fingió un golpe en el rostro. Doble amarilla, y roja. Además, dejó que los africanos repartieran zapatazos...

Cuarto, el guatemalteco Carlos Batrés pecó, rezó y empató el partido entre Italia y Nueva Zelanda. En un inicio convalidó el gol del ‘kiwi’ Smeltz, en una jugada nacida en un claro fuera de lugar, y luego ordenó un penal para Italia por una supuesta falta de Smith sobre de Rossi.

Y quinto, Alberto Undiano fue objeto de críticas por expulsar al artillero alemán Miroslav Klose, no tanto por la segunda falta que cometió (que era para amarilla, de manera correcta), sino por la primera tarjeta que le mostró, en un balón dividido. A Klose le costó esa expulsión a los 35 minutos del juego contra Serbia, su sanción para el partido de cierre del grupo D, lo que le puede volar no igualar nunca el récord de máximo goleador de la historia de los mundiales, en poder del brasileño Ronaldo, con 15 tantos.

Tremendos errores.

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