Independiente del Valle volvió a fallar en su casa. Ayer cayó ante uno de sus rivales directos en la lucha por mantenerse en la Primera Categoría: la Universidad Católica.Tres ataques profundos significaron otros tantos goles para el cuadro ‘camarata’, que había empezado el partido con el santo de espaldas. A los 9’ Católica ya perdía tras una falla de su defensa central Juan Triviño que fue bien aprovechada por el nueve sangolquileño Armando Huila.
Las anotaciones de Leonardo Soledispa, a los 13 minutos; Santiago Morales, de penal, a los 58’; y Óscar Baguí, a los 86’, sirvieron para que el conjunto celeste logre una importante victoria. Es un triunfo que tonifica, pero no le saca de la sala de terapia intensiva en la que aún se encuentra.
En esa lucha de urgencias y sofocones, el elenco universitario tuvo más predisposición para regular los tiempos del partido y hasta para manejar mejor el estrés al que están sometidos los equipos, que ven al descenso como un ave de rapiña que hace círculos sobre sus cabezas.El nóvel cuadro de Los Chillos, en cambio, se mostró inseguro, ofuscado y nervioso. Y luego del segundo gol universitario convertido por Morales, hasta abatido, resignado y apático.
Bajo esas condicionantes emocionales y técnicas, el equipo de la 12 de Octubre se mostró menos conformista y más osado. Aunque no jugó un gran partido ni mucho menos, con el tesón y el oportunismo que puso en el cuidado césped del estadio Rumiñahui de Sangolquí le bastó para llevarse los tres puntos en disputa.
A la Católica le alcanzó para ganar el cotejo la experiencia de Morales, la sapiencia de Omar Guerra y, cuando ingresó, la técnica y la visión panorámica de Hugo Vélez. Aunque casi todo el partido Católica jugó en desventaja por las expulsiones, fue mejor.
El manabita es dueño de una técnica depurada y maneja la pelota con acierto. Lástima que su velocidad física no está a la par que su velocidad mental.
El Independiente fue la contracara. Sin tener entre sus elementos al ejecutor de las estrategias que se dibujan en las pizarras de los camerinos, el cuadro de Los Chillos fue como un barco al que le sobra potencia pero no tiene capitán, y navegó al garete.
No obstante, aunque Católica ganó, ambos siguen con idénticas preocupaciones pues siguen en el fondo de la tabla.