La cátedra del siglo

A pesar de las críticas (muy justas) que ha recibido la Tricolor por sus desventurados partidos amistosos con los ‘duros’ del escalafón mundial, de todos modos es positivo medirse con rivales exigentes, que obliguen a uno a mostrar las costuras, que aterricen al plantel al Planeta Tierra, que lo hagan humilde. Eso de pasarse jugando con catrachos, ticos, charros y alguna especie exótica caribeña era tremendamente limitante, desconcertante y hasta aburrido.

Las derrotas ante Alemania y España deben servir para que la Selección se mire al espejo, acepte sus limitaciones y trabaje para superarlas, como conjunto y como institución. Por ejemplo, esos equipos europeos trabajan con un libreto claramente definido. Esos planteles saben retener la pelota, saben proyectarse al ataque en un pestañeo, ser local o visitante no afecta el estilo de juego y, lo más importarte, todo se sostienen en una razonable estructura de divisiones menores que fomenta el talento antes que la comisión del agente.

Muchos consideran, también acertadamente, que ante España se jugó el peor partido de la era Rueda desde la Copa América. Si lo miramos positivamente, la Furia aplicó las mejores lecciones a Ecuador en tres años. Fue la cátedra del siglo. Aprovechemos, que costó más de USD 3 millones.

Suplementos digitales