Franklin Corozo prefirió sacarse y guardar el arete que suele llevar en su oreja derecha. Esto ocurrió la mañana del pasado lunes. El lateral del Independiente del Valle quiso evitar un llamado de atención de Carlos Sevilla, quien ese día asumió el control del plantel como entrenador.
El imbabureño, nacido el 26 de agosto de 1950, es conocido por su apego a la disciplina en los clubes que ha dirigido. Además, posee un récord al ser el único ecuatoriano que comandó a 12 clubes nacionales y a uno extranjero.
Concentraciones domiciliarias, trabajos a doble jornada, prohibición de usar cabello largo y aretes’ son códigos normativos que siempre impone. Pero, a criterio de Corozo, “el ‘profe’ ha cambiado mucho. Antes era más estricto. Hoy es más flexible, es casi una madre de Dios”.
Sevilla dirigió a Corozo en Emelec, equipo con el cual logró el título nacional en el 2001; Deportivo Azogues, Deportivo Quito (sumó su segundo título en el 2008), Macará y ahora en el club del valle de Los Chillos.
“Como lo conozco a la perfección, me saqué el arete para evitar que me recriminara ante todos. Es un entrenador porque impone disciplina y, a la vez, sabe ganarse la confianza”, agrega Corozo.
Durante el entrenamiento del lunes, Sevilla reclamó con severidad a los jugadores del Independiente cuando cometían errores o sus instrucciones eran desacatadas. También observó atentamente cada acción, con el pito en la boca y el tablero bajo el brazo.
Luego del entrenamiento, reunió a los jugadores y conversó con ellos por 50 minutos. A lo lejos se veía sus gesticulaciones y se escuchaba que los reprendía.
Después, llamó al mediocampista Fernando Guerrero y habló con él por 15 minutos. “Siempre ha sido un técnico metódico. Constantemente da indicaciones de cómo desea que nos movamos en la cancha. Tiene la virtud de hacerse entender en sus charlas”, detalla el experimentado volante Wellington Sánchez. Este fue dirigido por Sevilla en Emelec, donde lograron el título en el 2001, también fue vicecampeón de la Copa Merconorte 2002.
La carrera de entrenador, que usa zapatos pupos negros, pasó a ser prioridad en la vida del imbabureño por una casualidad.
Antes de pensar en ser DT, Sevilla era profesor de Química en el Colegio Santiago de Guayaquil. Sus compañeros catedráticos, apelando a la trayectoria de futbolista que tuvo entre 1968 y 1976, intentaron convencerlo para que dirija a la selección del colegio, pero se negó.
Sin embargo, en 1978, Wilson Carvajal, un amigo profesor, lo persuadió para que comandara a la selección del Colegio Andino de forma temporal. Finalmente, los resultados lo avalaron y se quedó al frente de la institución.
Ese año fue vicecampeón del intercolegial en la categoría Sénior. Perdió en la final con el Bolivariano, en el cual jugaba José Jacinto Vega. A este jugador luego lo tuvo en el Quito en su primera experiencia profesional, en 1984.
Antes de llegar al club chulla en 1979, dirigió al Santiago de Guayaquil y al Juan Montalvo. Desde entonces mostró sus dotes de técnico, con liderazgo y disciplina. Así lo recuerda Fabián Cubero, ex jugador del Quito. Con él estuvo también en el Colegio Santiago de Guayaquil, en el Técnico Universitario y en la Selección.
“Sobre todo fue una guía para mí, porque siempre estuvo pendiente de mi vida personal. De hecho, es mi padrino de bodas”, reveló el ex volante azulgrana.
Sevilla siempre está pendiente de los futbolistas que dirige. Suele visitarlos, sorpresivamente, en sus casas a ver si cumplen con las concentraciones domiciliarias. Ingresa a las habitaciones, revisa debajo de las camas y se va. En ocasiones también regresa. Ese procedimiento lo reconoce Corozo, futbolista del Independiente.
Además, siempre pide a sus pupilos que “se jueguen la vida” por los premios más que por el salario. “Es una forma de comprometer al equipo por un propósito que beneficia la institución y al mismo jugador”, indicó el DT. También les aconseja para que inviertan su dinero en casas y propiedades, “antes que en vehículos”.
La credibilidad es otra de las características de Sevilla. De los clubes que ha dirigido en su carrera, solo a dos llegó a través de intermediarios. A Barcelona, en el 2005, por gestión de Diego Herrera, y al Cienciano peruano, con la ayuda de Patricio Lasalvia. El resto de posibilidades se dieron por llamadas directas de los presidentes de los equipos.
Su relación con los periodistas suele ser variable. En ocasiones permite ver las prácticas y en ocasiones no. Y suele conversar con los periodistas que, a su criterio, “dicen la verdad, sea positiva o negativa”, sobre su trabajo.
Para acumular esta experiencia, Sevilla estudió para entrenador de fútbol y Gerencia Deportiva. Y realizó más de 20 cursos fuera del país, como en Chile, Uruguay, Paraguay, Colombia, México, Holanda, España e Italia. Su gran desafío es volver a dirigir a la Selección mayor.
Omar Quintana, ex directivo de Emelec, recuerda que llegó al club principalmente por su carácter. “Impuso disciplina. Un técnico debe ser así, porque hay jugadores que suelen abusar. Sevilla tuvo mucha personalidad”, rememoró el ex titular azul.
1986 fue un año que marcó la carrera de Sevilla. Ahí aprendió los entretelones de camerino, cuando con D. Quito disputó su primera Libertadores. En el grupo estuvo Barcelona y los brasileños Bangú y Curitiba.
Antes de disputarse el Mundial mexicano, los chullas ganaron de local a los brasileños. Pero quedó eliminado en la última fecha al empatar en casa ante los toreros.
El estratega recuerda con detalles ese cotejo, dirigido por Elías Jácome (+), quien lo perjudicó, según él. “Hubo otros factores que conspiraron contra nosotros”.
Ahora, está pendiente de cada designación arbitral y prepara a sus dirigidos antes de cada encuentro. Su charla técnica la imparte dos horas antes de cada cotejo en la concentración u hotel. También, suele guardarse las alineaciones hasta el día del partido para despistar a sus rivales.
Su metodología incluye revisar permanentemente videos de los equipos contrarios.
Otra de sus facetas es de motivador. No es un hombre religioso, pero en sus charlas usa un discurso alentador, con énfasis en el valor de la profesión del futbolista. Siempre deja lecciones. “Sus recomendaciones me han servido en mi carrera”, admite Sánchez.
Trayectoria
1979
El técnico empezó dirigiendo en colegios: Andino, Juan Montalvo y San Gabriel, en los cuales logró títulos locales. Desde ahí salió para los clubes profesionales.
1984
Empezó su carrera profesional en el Deportivo Quito en 1984. Pasó por este equipo en seis ocasiones en este club (84 /86/91/92/08/10). Logró el campeonato en el 2008.
1987
En Emelec estuvo cinco veces (1997/98/01/02/07). En el 2001 fue campeón nacional y en el 2002, quedó segundo en la Copa Merconorte.
1998-99
Luis Chiriboga lo llevó como técnico de la Selección. Ese año quedó campeón de la Copa Canadá. Participó con la Tricolor en la Copa América de Paraguay 1999.
2005
El Cienciano, de Perú, lo contrató. Esa fue su única salida al exterior. Ese año con el club peruano ganó la Copa El Gráfico, pero en el torneo local no pudo destacarse.
2005
Dirigió al Barcelona, club al que clasificó a la liguilla final. Tampoco pudo quedarse al final de la temporada. Él ha dirigido a los clubes de más prestigio en el país.