Carcelén y Estacio se retiraron para evitar riesgos cardíacos

Alvaro Carcelén jugó en Serie A y B con Técnico Universitario. Fotos: Archivo / EL COMERCIO

Alvaro Carcelén jugó en Serie A y B con Técnico Universitario. Fotos: Archivo / EL COMERCIO

La mala noticia se la dieron un jueves de julio del 2010. Álvaro Carcelén no recuerda la fecha con exactitud, pero lo que no ha olvidado es la frase: "No podrás jugar fútbol profesional nunca más".

La noticia se la dieron en una reunión, tras someterse a una infinidad de exámenes, como consecuencia de un desmayo en pleno partido de fútbol.

El resultado: un puente arterial anormal que le podría causar la muerte súbita, sobre todo ante un esfuerzo físico extremo. Los sobresaltos también le fueron prohibidos. "Pero eso es difícil de evitar", dice Carcelén entre risas .

Han pasado tres años desde que su enfermedad le obligó a colgar sus botines y ponerse el traje de asistente y posteriormente el de técnico. Hoy dirige a la Reserva de Independiente. Tras un año de sufrimiento y dos de 'tranquilidad', la muerte y su enfermedad volvieron a dar vueltas en su cabeza, tras lo sucedido con Christian Benítez.

Al principio, confiesa, fue difícil y triste mirar a sus cole- gas participar en un partido oficial y observarlo como un espectador más. Ahora, ya está en un 90% acostumbrado.

Para evitar problemas con su salud, Carcelén se somete a che queos médicos cada seis meses, igual que Gerson Estacio, técnico de Reserva del Deportivo Cuenca.

Este estratega también se vio obligado a dejar las canchas para precautelar su vida. Lo hizo en el 2007, cuando defendía la camiseta de Aucas, a los 30 años.

Le detectaron hipertrofia ventricular izquierda. El diagnóstico le llegó después de un gran susto. Un día le comentó al médico 'oriental' sobre un malestar en su cuerpo, a nivel del corazón.

El médico le dijo que no se preocupara, "que podía ser neuritis o un dolor intercostal". Él se quedó con la palabra del médico y tras salir del entrenamiento, arrancó en su auto, rumbo al norte de Quito.

En el camino empezó a sentirse mal. Estaba muy cansado y la parte izquierda de su cuerpo empezó a adormecérsele. Apenas parqueó su auto, se desmayó. Estacio se despertó a las 20:00.

Tras conocer el resultado de los exámenes, buscó más opiniones. Todas le aconsejaron dejar el fútbol. Hoy, apenas trata de mantenerse en forma. Durante este tiempo ha sufrido dos desmayos más. El último fue hace un año y medio. Recuerda que se levantó de su cama con deseos de orinar y minutos más tarde se encontró en los brazos de su esposa.

Dejar el deporte de alto rendimiento no le asegura que no tendrá problemas, sin embargo le reduce el riesgo de morir a causa de un paro cardíaco. "Es una enfermedad que está conmigo".

El problema en su corazón se lo detectaron a través de un ecocardiograma. Es por eso que a sus jugadores les recomienda que se lo hagan. Los clubes no lo hacen porque les resulta demasiado costoso.

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