Desde el mismísimo día del sorteo de la Copa del Mundo se esperaba este partido. Brasil enfrentaría a Portugal en la última fecha de la fase de grupos y los fanáticos del buen fútbol se las prometían felices con lo que sería un choque entre Cristiano Ronaldo y el ‘Scratch’, que ayer no tuvo a Kaká, expulsado en el juego ante Costa de Marfil.
Menuda decepción se llevaron los 62 000 aficionados que asistieron al estadio Moses Mabhinda de Durban. A los que viajaron toda la noche en autobús para ver a brasileños y portugueses batirse en un duelo a muerte se fueron con poca más alegría de la que traían al llegar a la costera y calurosa ciudad del sureste de Sudáfrica. Fue, sin duda, uno de los juegos más aburridos de esta Copa del Mundo.
El pacto le servía a ambos equipos, que no sabían el destino del reñido grupo H. Ergo, que Brasil se tuviese que quedarse jugando en Johannesburgo, a la espera de su rival, decía tan poco, como que Portugal ya haría maletas para enfrentar a su destino en Ciudad del Cabo.
Las ocasiones claras de gol se contaron con los dedos de una mano, y las figuras estuvieron ausentes. Olvidados, como si fuera cualquier jugador de tercera, estaban los Luis Fabiano y Cristiano Ronaldo. Muchos flashes para el poco brillo de las rutilantes luminarias que terminaron pactando a cero y que al final del partido se abrazaron en el centro del campo con sonrisas en el rostro.
El duelo de ayer fue el choque de dos sistemas bastante conservadores. Los intentos de ampliar la cancha de Carlos Queiroz se vieron frustrados una y otra vez por una zaga brasileña bastante correcta. Cristiano Ronaldo navegó solitario viendo desde el centro del ataque, a la distancia, a Danny y, en la segunda parte, a Simao.
La efectividad que exhibía el Brasil que dirige Dunga también se perdió en algún momento de las ocho horas de trayecto en carro desde Johannesburgo, sede de sus otros dos partidos de la primera ronda y del que jugarán en octavos ante Chile.
La conformidad no puede ser la regla. A Brasil, en cambio, le sirvió el duelo de ayer para ensayar variantes. Algunas ni serán planteadas en el Mundial, otras sí. Lo que es seguro es que este partido, rápidamente, pasará al archivo muerto de la historia de las Copas del Mundo. No hubo emociones, ni jugadas destacables.
Luego del partido también hubo espacio para la polémica. La FIFA escogió al astro portugués Cristiano Ronaldo como la figura del cotejo.
El capitán de Brasil, Lucio, criticó la elección por parte de la FIFA de Ronaldo como mejor jugador del duelo. El DT brasileño, Dunga, por su parte, indicó que el jugador más destacado en el partido fue el propio Lucio.
Si eligieron a Cristiano Ronaldo es porque (los analistas de FIFA) deben haber visto alguna cosa, pero yo me hubiera quedado con Lucio por la importancia que tuvo para nuestro equipo”, señaló el DT brasileño.
El zaguero del Inter de Milan declaró al final del partido: “Fue una cosa de la FIFA. Todos sabemos que Cristiano Ronaldo es un gran jugador, pero en el fútbol parece que no existe la justicia”.
Los lusos solo podían quedar afuera con una combinación de resultados poco realistas (una derrota y goleada abultada marfileña) por lo que apostaron al menos a retener un punto ante los pentacampeones.
Ronaldo despertó recién en el segundo tiempo comandando algunos contragolpes de Portugal.