El delantero Maximiliano Bevacqua, de 31 años, cerró su temporada con la vuelta olímpica como campeón con el Deportivo Quito pero no pudo volver a gritar goles en los últimos tres meses del año.
La última vez que festejó un tanto fue el 17 de septiembre, cuando su equipo empató ante el Imbabura. Como anécdota quedó que no pudo hacer más de 20 goles luego de fallar un penal ante Liga de Quito, el 2 de octubre. Jugó 30 partidos en total este año.
Desde allí pasaron 14 partidos del Quito y Bevacqua no pudo volver a marcar. Incluso el gol que anotó en la final ante Emelec, en Guayaquil, fue anulado aunque estaba en posición lícita.
El ‘Pelado’ Bevacqua contó que no es la primera vez que lo persigue una sequía de goles en su carrera. “Me ha pasado algunas veces y lo importante es no desesperarse cuando ocurre esto”.
Bevacqua, quien llegó al fútbol ecuatoriano en el 2010, dijo que el apoyo de su familia ha sido clave para no decaer en lo anímico ni dejarse ganar por la presión. ‘Maxi’, como también se lo identifica, se apoyó en su esposa Lucrecia y en su hijo Dilan, de 2 años.
El entrenador Fabián Bustos fue quien recomendó la contratación del delantero cuando estuvo en el Manta, el año pasado. Bustos apuntó como una de las cualidades del futbolista la ubicación dentro del área rival y su espíritu de solidaridad en el equipo.
El año pasado, en el Manta, anotó 22 goles en 40 partidos y fue el segundo goleador del torneo. “Todo el tiempo tiene hambre de gol. Es un jugador técnico y aprovecha las oportunidades”.
Según la hoja de vida, el argentino nació en Córdoba. A los 16 años pasó por Boca Juniors y vivió un año en Buenos Aires. Combinaba los estudios con el entre-namiento. En Boca jugó poco y luego pasó a San Lorenzo.
En la lista de entrenadores que formaron al goleador se destacan Víctor Doria, Rubén Cousillas, entrenador de la reserva y asistente de campo de Óscar Ruggeri, en San Lorenzo. En este plantel debutó en primera. También estuvo en Almagro, Chacarita Jrs., Comodoro Rivadavia, Belgrano, Villa Mitra y dio el salto a Europa.
Portugal fue su primer país donde permaneció dos años. Jugó en el Sporting Braga y el Estrela da Amadora. Después pasó al fútbol, al Vaduz de Liechtenstein, equipo que juega en la Liga suiza. Tras esas experiencias y a los seis meses de regresar a Sudamérica recibió la oferta de Manta.
Uno de los que más apoyó al delantero fue el entrenador Carlos Ischia. El DT argentino lo mantuvo como titular en los cotejos hasta cuando se coronó campeón.
El capitán Luis Fernando Saritama dijo que a ‘Maxi’ siempre lo respaldaron. “Maxi hizo goles importantes, pero también fueron oportunos los goles de Matías Alustiza”.