Barcelona demostró, una vez más, que la decisión de entrenarse en la altitud fue un acierto. Ayer, en un partido emotivo, igualó 0-0 con El Nacional, en el Atahualpa.
Con la presencia de unas 38 000 personas (29 856 pagaron boleto), los canarios se mostraron ordenados y combativos, argumentos que le permiten mantenerse invictos en la altitud y ser líderes en este campeonato.En los últimos años, Barcelona ha obtenido resultados negativos en sus visitas a clubes capitalinos, con goleadas incluidas, principalmente ante Liga y El Nacional. Pero en este 2010, a ambos equipos les empató en sus estadios, mostrando buen nivel físico y mucho compañerismo.
Ayer, los dirigidos por Juan Manuel Llop soportaron el constante ataque de los criollos, que carecieron de puntería y fortuna frente al arco del golero Máximo Banguera. De hecho, el meta atajó un penal en el minuto 17 a Édison Preciado, lo que produjo un suspiro en los cerca de 25 000 seguidores porteños en las gradas.
A Barcelona le costó frenar a los rojos en la primera etapa porque no contaron con el zaguero José Luis Perlaza, por suspensión. En su lugar ingresó el gaucho Lucas Landa, quien tuvo problemas de coordinación con su compañero de zaga, Jefferson Hurtado.
En los primeros 45 minutos, El Nacional, que es liderado por el DT colombiano Jorge Luis Pinto, creó cinco opciones claras de gol, incluido el fallido penal. Dos de estos remates salieron apenas desviados y los tres restantes fueron atajados por Banguera.
Los pupilos de Pinto exhibieron ese juego característico que impregnó el colombiano, de toques precisos, velocidad y habilidad, pero careció del mismo mal que lo tiene en la zona media de la tabla: falta de definición. Barcelona también rotó el balón aunque fue inofensivo en el ataque. Es decir, fue un duelo de un fútbol vistoso, que justificó la expectativa creada en los aficionados.Michael Jackson Quiñónez, por la izquierda, y Marvin Pita, por la derecha, intentaron abastecer a los delanteros Preciado y Marlon de Jesús, en quien estaban puestas las esperanzas del DT y de los hinchas locales tras los cuatro goles que marcó a Emelec en la undécima fecha.
Al frente, los toreros poblaron el medio campo con tres volantes de contención: Fernando Hidalgo, Dennis Quiñónez y Matías Oyola. Y buscaron acercarse al arco militar con los desbordes de Ricardo Noir (por derecha) y Luis Bolaños (por izquierda). Sin embargo, el ariete Pablo Palacios, quien volvió al rol titular luego de mucho tiempo, no estuvo en sintonía.
En ese escenario, El Nacional inició la segunda etapa con ese mismo dominio y presión sobre el área rival, pero sin resultados positivos. Por ejemplo, en el minuto 54, Pita no pudo vencer a Banguera en un mano a mano. Enseguida, el golero mostró sus reflejos al bloquear tres remates continuos desde fuera del área, convirtiéndose en la figura.
Entonces, los movimientos de fichas de los técnicos empezaron a influir en el juego. Llop esperó a que Pinto realizara primero sus variantes (a excepción del ingreso de Luis Garcés por Quiñónez).
Fue determinante cuando el DT envió al paraguayo Juan Samudio en lugar de Palacios. Con el ariete guaraní, Barcelona ganó fuerza ofensiva y pudo por fin tomar el control del juego.
Bolaños y Garcés participaron más en la elaboración de juego, respaldados por el ‘diminuto’ Oyola, quien marcó y proyecto balones en el área contraria.
Las oportunidades más claras del club porteño fueron en los minutos 69 y 70, cuando Omar de Jesús primero dribló a Ricardo López, habilitó a Bolaños y Aragón se lanzó para evitar su remate. Enseguida, en el rebote, Landa cabeceó al vertical derecho.
Los últimos minutos se tornaron dramáticos, pues El Nacional también gozó de nuevas opciones, pero que fueron salvadas por Banguera y De Jesús. Este sacó en extremo un tiro del ingresado Fabricio Guevara.
El resultado condenó de nuevo la falta de gol en el local y mantuvo a Barcelona en la punta.
La figura
Máximo Banguera atajó todos los tiros
El arquero de Barcelona empezó a hacerse figura desde que tapó el penal a Édison Preciado. Luego, atajó todos los remates desde fuera del área. Motivó al equipo desde atrás y siempre lució sereno.
La contrafigura
Édison Preciado falló en el penal
El delantero militar no tuvo jerarquía al momento de ejecutar el penal. Además, trascendió poco en la ofensiva criolla. Por ello, el técnico Pinto lo reemplazó para la segunda etapa.