Barcelona volvió a mostrar los errores y las virtudes de su plantel. El cuadro canario perdía 1-0 ante la Universidad Católica y, con entrega más que con fútbol, viró el marcador, imponiéndose 2-1. Esta situación la vivió hace 15 contra del Deportivo Cuenca.
En ambos casos, los visitantes se mostraron con mejores planteamientos en el gramado del estadio Banco Pichincha, con más volumen de juego. Bajo este panorama, los dirigidos por el DT Carlos Ischia debieron batallar contra sus limitaciones, la ansiedad y la presión de los hinchas. Finalmente el ‘Ídolo’ revirtió el resultado.
El primer gol del cotejo llegó en el minuto 21, por intermedio del visitante Armando Wila, con sufrimiento. Primero el balón impactó en el poste, ninguno de los defensores canarios reaccionó para despejar el rebote. El ariete insistió para abrir el marcador. Esta jugada nació en una apilada de rivales que hizo Henry Patta.
El empate fue de Christian Penilla, en el 57′, con un remate que el golero Hernán Galíndez no pudo contener. Tras el tanto, se lanzó hacia atrás, tapándose el rostro por el error que cometió. Antes, Máximo Banguera falló un penal, bajo la mirada de asombro de los integrantes de la barra Sur Oscura.
Pero por suerte para Ischia, que estaba desesperado en la banca de suplentes, llegó otro penal sobre el ingresado Stalin Motta. Esta vez Luis Caicedo, que ingresó en el segundo tiempo, tomó la responsabilidad y, con calidad, sentenció el cotejo que generó la algarabía de los hinchas toreros.
El triunfo, otra vez, fue sufrido porque el cuadro dirigido por Jorge Célico fue punzante en los contragolpes, aunque en ciertos momentos controló el esférico con sucesivos toques que enloquecieron a los volante y zagueros canarios.
En los minutos finales, Barcelona procuró asegurar el triunfo, pero no fue posible por la ambición ‘católica’, que metió sustos. Y tras el pitazo final del árbitro, los toreros celebraron este nuevo triunfo.