Bien dice el refrán: no gana el mejor sino el que hace los goles. Y ayer, el Pilahuín Tío y el Aucas cumplieron con el adagio a cabalidad.
Ambos equipos, que se enfrentaron en el estadio Olímpico de Ibarra, tuvieron opciones de anotar, pero al final solo lograron un gol para cada uno. Con ese resultado el cuadro ‘oriental’ deberá esperar a la próxima fecha para clasificarse al hexagonal final.
En el primer minuto de juego, Gustavo Figueroa tuvo su primera opción de gol. Algunos de los hinchas del Aucas no entraban aún al escenario imbabureño cuando ya se escucharon los gritos de desesperación de los que ya estaban en los graderíos. “Corre Potro, corre” (Figueroa). “Vamos, jueguen…”, fueron algunas de las frases que exclamaron los exigentes seguidores oro y grana.
Paúl Luzuriaga, del Pilahuín Tío de Otavalo, puso en apuros al arquero Carlos Espinoza. Después de un tiro libre, cobrado por Mario Lastra, ex Aucas. Disparó pero su centro se fue desviado.
Los rostros de angustia de los hinchas del Aucas se completaban con expresiones corporales como levantar los brazos o taparse la cara con las manos para no ver. Lastra y Jimmy Gómez fueron los jugadores que más peligro llevaron al arco de Espinoza.
La barra del equipo anfitrión, ubicada en la general norte, permanecía callada. Solo por momentos flameaba una bandera blanca con letras azules que caracteriza al equipo otavaleño.
En el minuto 21, Nixon Folleco hizo explotar la emoción de los auquistas que eran mayoría en los graderíos de la preferencia.
Después de un pase de Pedro Romo se fue solo por la derecha y burló al portero Martín Tapia. La anotación hizo levantar hasta a los más pequeños. No hubo papel picado ni humo de colores; solo el sonido de las trompetas, los tambores y las matracas.
El ‘Papá’ se adelantaba en el marcador lo que significaba una clasificación matemática al hexagonal final, la tercera y última etapa de la Segunda categoría.
Antes de que finalizara el primer tiempo, Lastra volvió a probar al arquero Espinoza. Cobró un tiro libre y su disparo pegó en el palo de la portería visitante; el balón rebotó y salió de la cancha.
En el entretiempo, un grupo de danza que presentó un baile de la región animó a los espectadores. Los comentarios apoyaban la tesis de que el Aucas bajó su nivel de juego. “Es la primera vez, en esta fase, que le veo al equipo quedado. No juega a nada”, dijo Carlos Jácome, hincha ‘oriental’, mientras compartía una cerveza.
Ya en la segunda etapa, el equipo dirigido por Mauricio Bolaños salió a buscar el empate y la victoria. Los quiteños volvieron a la estrategia del contragolpe.
Después del minuto 55, el partido mejoró notablemente. Las jugadas de peligro eran de lado y lado. John Minda, del Pilahuín Tío, tuvo la más clara oportunidad de igualar. Pero su remate fue detenido por el cuerpo de Villacrés. Era el anuncio del gol.
Corrían 62 minutos de juego y César Ruano se aprovechó de un error de la defensa auquista e igualó el marcador. De ahí en adelante el cotejo se transformó en un “mete gol gana”.
El ingreso de Jairo Padilla, en el Aucas, le dio otra cara al cotejo. En una jugada, en combinación con Figueroa, hicieron emocionar a la hinchada pero el balón se fue desviado a un costado.
En los minutos adicionales, Espinoza soltó el balón y Minda remató y anotó. Pero, el juez de línea ya había levantado la bandera por una posición adelantada.
El partido finalizó. Aucas continúa en la punta con 17 unidades. El Pilahuín completó 11 puntos y resignó sus opciones.