Aucas retoma su lucha por subir

La práctica del viernes en Chillogallo. El equipo que dirige el DT José Moreno se entrenó bajo la mirada de una veintena de hinchas. Luego, el plantel se presentó en la noche. Bolívar Vásquez / EL COMERCIO

La práctica del viernes en Chillogallo. El equipo que dirige el DT José Moreno se entrenó bajo la mirada de una veintena de hinchas. Luego, el plantel se presentó en la noche. Bolívar Vásquez / EL COMERCIO

‘El inicio de una nueva historia”. Así reza una leyenda colocada en un cartel pegado para este año en la entrada principal del estadio de Chillogallo.

Esa ilusión es evidente en los seguidores del cuadro oriental, que el pasado viernes acudieron al estadio para presenciar la práctica y desear suerte a los jugadores. Una veintena de aficionados se frotaron las manos y desearon ansiosos ver al equipo en acción.

Aucas es considero un ídolo de la capital. Entre los años cuarenta y cincuenta protagonizó grandes duelos contra Liga, El Nacional, Deportivo Quito, Patria, Norteamérica, entre otros clubes.

El parque El Arbolito fue escenario de victorias que cautivaron a hinchas como Ricardo Reyes, de 67 años. Este quiteño es seguidor del cuadro oriental desde cuando tenía 10 años. Su devoción lo motiva a asistir ahora a la ‘Caldera del Sur’, como también es conocido el estadio, no solo para los partidos sino a los entrenamientos.

En las gradas suele encontrarse con Luis Andrango (64 años) y Alberto Cárdenas (60). Con ellos comparten anécdotas de las victorias del club auquista en la Primera categoría, esperando que estas se repitan muy pronto.

Reyes contó que empezó a seguir al Aucas por sus colores y porque representaba con “orgullo y valentía” a Pichincha. “Este año sí subiremos de categoría”, afirmó. Él esperó el inicio de la práctica (a las 10:00) desde las 08:30.

Andrango es igual de fiel que Reyes. Apoya al Aucas desde que tenía 10 años y acude con frecuencia a las prácticas del plantel. “Mis dos tíos eran militares y vivían en la Amazonía. Venían a Quito solo para ver los partidos del Aucas y me cargaban de estadio en estadio en mi niñez. Así nació mi afición”, contó. Una vez, incluso, se cayó en una cocha al pasar corriendo. En otra ocasión gritó un gol del Macará y sus tíos lo regañaron. Le indicaron que debía apoyar al equipo amarillo y rojo.

Cárdenas se sumó a la conversación y contó su anécdota: “Casualmente me hice hincha de Aucas también a los 10 años. En mi barrio (Chimbacalle) vivía Cristóbal Colón Barreto, ex figura oriental. Jugué con él en los equipos barriales y eso me motivó a acudir al estadio para apoyarlo”.

Estos tres aficionados reflejan en sus cabellos canos el paso de los años. Pero mantienen su ánimo por alentar al Aucas tal como lo hacían en su juventud.

La ilusión de dejar atrás los malos resultados que condenaron al equipo a la Segunda categoría los motiva día a día. Y de aquello es consciente Ramiro Gordón, nuevo directivo de la institución. Esto, a pesar de los más de 40 juicios que pesan contra el club por parte de ex jugadores y entrenadores.

El principal propósito del directivo es hacer que la afición participe directamente en este tercer intento por subir a la B.

Gordón, propietario de la empresa Industrias Metálicas Gordón (IMG), confía en la organización y colaboración de los hinchas. “Hubo gente que ayudó con el mantenimiento de la cancha, cortando las ramas de los árboles cercanos al estadio, etc. Detalles pequeños, pero que muestran ese compromiso”.

La confianza del directivo se plasmará en la decisión de empezar a eliminar las mallas que separan la cancha de las gradas. Aseguró que el estadio de Chillogallo será el primero en dar el ejemplo contra la violencia. El viernes se retiró el alambrado de las generales norte y sur.

“La presencia del hincha será determinante, pues contribuirá con el 60% del presupuesto”, recordó Gordón. Por ello, espera contar mínimo con 8 000 espectadores en cada programación en condición de local.

Aucas destinará para el torneo de Segunda (empieza con la fase provincial) USD 1,5 millones. Los salarios de los jugadores oscilan entre USD 300 y 1 200.

Los trabajos de remozamiento en el estadio se empezaron a notar. En los camerinos, por ejemplo, se cambió la grama plástica por porcelanato. En el lado del local se instaló una capa de césped sintético para los ejercicios precompetitivos de los jugadores. En los exteriores, los trabajadores van contrarreloj pintando de amarillo y rojo la fachada.

El panorama luce complicado, porque el club tiene, además, una deuda de USD 400 000. Solo el tiempo dirá si la hinchada oriental padecerá nuevamente o disfrutará del ansiado éxito.

Suplementos digitales