Patricio Avilés miró atentamente la goleada 4-0 del Aucas sobre el Rumiñahui. El volante no pudo jugar con los orientales por decisión del DT Alfredo Encalada.
“Me pican los pies por entrar. Es feo ver el fútbol desde las gradas, sin poder jugar”, se lamentó. Sin embargo, se congratuló por el fácil triunfo que consiguieron sus compañeros en Chillogallo.
Avilés acumuló ayer su cuarto partido fuera de la convocatoria. Vistió de blanco (zapatos, jean y camiseta) y lució unas gafas sobre su cabeza. Los hinchas que lo reconocieron no dudaron en consultarle ¿por qué no juega?
“Decisión del profesor Encalada. No estoy lesionado. Ojalá y vuelva a jugar pronto”, respondió a cada inquietud, mientras que los aficionados le desearon suerte Él es uno de sus mimados.
Hace un mes, el River Plate Ecuador, de la Serie B, le ofreció jugar en sus filas, lo que molestó a Encalada y por ello lo marginó.
Quienes sí estuvieron contentos durante todo el cotejo fueron los cerca de 3 000 hinchas que llegaron al estadio. Ellos, tras el pitazo final, salieron sonrientes, felices y comentando cada jugada.
Este encuentro fue ideal para los orientales para atraer nuevamente a sus seguidores, que en las últimas fechas se alejaron del estadio. Ayer fue un equipo contundente y dinámico. Su rival tampoco ofreció mayor resistencia, pues es el último de la tabla.
Los goles auquistas fueron marcados por Gustavo Figueroa (41 minutos), Diego Quintanilla (46’), el golero Mario Lozano (58’) y John Palacios (89’).
La primera conquista llegó en una triangulación entre Quintanilla, Pedro Romo y Figueroa, quien recibió el pase solo para empujar el balón ante la mirada del golero Gregory Aguilar.
Antes, durante los 40 minutos iniciales, Aucas originó cuatro llegadas al arco del Rumiñahui, pero careció de puntería. Esto generó que los aficionados se desesperaran en las gradas. Muchos prefirieron conversar entre ellos y no mirar a la cancha. Pero con ese tanto recobraron el interés.
En el inicio del segundo tiempo, Quintanilla realizó una jugada que puso de pie a los hinchas, cuando dribló a tres rivales y marcó un golazo a la esquina derecha del arquero Aguilar.
Luego, todo fue toque y entretenimiento. Avilés tampoco perdió detalle del juego y aplaudió a sus compañeros. “Todos ganamos si al equipo le va bien”, indicó.
El tercer gol llegó en un tiro penal que el golero Mario Lozano se atrevió a cobrar. Su remate fue esquinado y con potencia. Mientras que Palacios desató la euforia de los auquistas con un tiro rasante desde unos 20 metros.
Al final, Avilés bajó a felicitar a sus compañeros al camerino y los hinchas salieron sonrientes.