En un partido con sol, lluvia y el infaltable sonido de las matracas, el Aucas goleó 4-1 al Imbabura. La oncena dirigida por Juan Ramón Silva fue superior al equipo imbabureño, donde se estrenó el técnico italiano Mauro Pederzoli.
El dominio de los locales fue tan claro que Jimmy Delgado consiguió el 1-0 a los siete minutos. Esto ocurrió tras impactar el balón con la cabeza después de un centro de José Quinteros, desde el costado derecho, en el partido jugado en el estadio Chillogallo.
La clave de los goles y de la victoria de ayer fue el juego de ataque por los costados. De eso se dio cuenta el cuerpo técnico local y por eso la prioridad fue atacar por las bandas.
La primera conquista emocionó a los 1 500 seguidores que presenciaron el partido en el Día de la Madre.
Hace solo un mes, en ese mismo estadio, muchos aficionados pidieron a gritos la salida del entrenador tras la derrota con el Deportivo Azogues. Ayer, por el contrario, solo hubo aplausos y gritos de aliento en la ‘Caldera’, como se le dice también al estadio del Aucas.
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A los 42 minutos, Delgado consiguió el 2-0. Fue otra vez de cabeza, tras un centro de Santiago Malitasig.
El segundo tiempo empezó con lluvia y a los 52 minutos los visitantes descontaron con un tanto de Roberto Padilla. Parecía como si una vez más el partido sería dramático para los seguidores auquistas, acostumbrados a disfrutar de las victorias con algo de sufrimiento. Pero esa sensación duró apenas cinco minutos, porque el paraguayo Lauro Cazal convirtió el 3 -1, con golpe de cabeza tras un centro de Delgado, en el minuto 57.
La cuarta conquista también fue de Cazal, esta vez con el pie, al cerrar un pase que elevó Miguel Ibarra en el minuto 71.
Con los cuatro goles y la victoria asegurada, la hinchada empezó a celebrar. Por eso Oswaldo Quishpe, de 62 años, movía incesantemente su estridente matraca de madera. Él estaba en la tribuna, con una camiseta amarilla sin mangas y un sombrero negro.
En ese mismo sector se encontraba Isabel González de Costa, madre de Gerónimo Costa, el guardameta que ayer observó el cotejo desde los graderíos. Él debe todavía cumplir un partido de suspensión por una expulsión.
La señora estaba feliz y aplaudía con fuerza las jugadas que realizaban los compañeros de su hijo sobre la cancha. Con ella estaba su esposo, Raymundo Costa, su nuera Estefanía Sosa y su nieta Brisa. La niña de 3 años es ecuatoriana y nació en Ambato, cuando su papá jugaba en Macará.
Cerca, también en la tribuna, otra madre observaba contenta la goleada del ‘Papá’ en el Día de la Madre. Arrimada a uno de los graderíos, Nataly Franco miraba atenta el cotejo, con su hijo entre los brazos.
Ella llevó por primera vez al estadio a Thiago, quien nació hace un mes. “Vine a celebrar el Día de la Madre con mis tres hijos, mi esposo y mi suegro”, dijo la madre de 26 años y ferviente hincha del Aucas, feliz por la victoria.