‘Celebremos con gusto señores, este día de placer tan dichoso”, y cómo no, si el equipo tricolor, que tiene mucho corazón, obtuvo una histórica y contundente victoria frente a su similar de Francia. Y digo histórica, porque nunca se había derrotado el ‘les blues’ y menos en una Copa del Mundo.
Contundente también; en virtud de que se les dominó durante los 90 minutos y se les derrotó categóricamente. Más allá del resultado, lo más agradable fue ver el funcionamiento del equipo, mucho más acoplado; pero sobre todo, mejorando enormidades en la zona defensiva. Me parece que el jugador más destacado por los nuestros fue el capitán Rafael Márquez, quien se prodigó recuperando balones, imponiendo su ley en la contención, con personalidad, concentración y convirtiéndose en líder y en el armador de México.
A pesar de que se ganó, no me gustó la alineación inicial del vasco. Sigo pensando que Guillermo Franco no debe ser titular. Del mismo modo, debemos de reconocer que las decisiones arbitrales beneficiaron a México. En el primer gol, Hernández al momento del pase de ‘Rafa’ Márquez está ligeramente adelantado, por lo que el tanto debió ser invalidado por posición fuera de juego. El penal, merced al cual cae el segundo gol, es un clavado de Pablo Barrera; es más, yo creí que lo iban a amonestar por fingir una falta. El árbitro ‘saudi árabe’ Al Ghamdi Khalil ¡Malísimo!, inventando faltas, sin personalidad y pésimo manejo de los cartones preventivos.
La calificación está en el aire, tenemos cinco días para el jolgorio, antes de enfrentar a Uruguay, el 22 de junio. Por lo pronto’ es momento de festejar.