A dos minutos del final del partido ya empezaron a oírse los primeros estruendos en el norte de Guayaquil. Los moradores de ciudadelas vecinas como Sauces 4 y Guayacanes empezaron a mostrar su alegría por la undécima corona nacional del Club Sport Emelec.
Con el epílogo del partido Manta-Emelec, los hinchas eléctricos aliviaron tensiones pues a lo largo del compromiso, celebrado la tarde de este domingo 1 de diciembre en el estadio Reales Tamarindos de Portoviejo, vivieron con intenso drama el desarrollo de un partido que en términos futbolísticos y en el marco de las emociones no fue de lo mejor.
Gritos, canciones del Emelec y el volumen a toda intensidad de los televisores empezaron a hacerse sentir con el pitazo final del réferi lo que generó, en la capital manabita y en todo el país, un delirio azul.
Con el grito de !campeones!, el sonar de cohetes y petardos se tomó el cielo en ciudadelas como Sauces 4 y 5, así como en los Guayacanes y Samanes.
“Así perdíamos hoy éramos campeones…Grande Emelec“, dijo Alejandro Viteri quien tras el pitazo final salió de su casa en Sauces para salir a pitar el claxon de su vehículo.
En Guayacanes varios vecinos salieron a las calles a celebrar el título azul tras vivir con intenso drama el partido dentro del domicilio de uno de ellos. “Aunque e4stábamos seguros de que seríamos campeones se sufrió mucho especialmente luego de que ‘Straca’ falló el penal. Pero confiábamos que hoy festejaríamos”, dijo Alejo Ramírez.
En Sauces 5, en un grupo de ‘panas’ no se cansaba de molestar am cuatro barcelonistas de una gallada de once amigos criados desde muchachos. “Ahora nos toca vacilar a nosotros. El año anterior nos ‘cargaron’ por dos semanas y ahora tenemos la revancha”, dijo muy emocionado quien se identificó como Alonso, un taxista que en el parabrisas posterior de su taxi tiene un enorme escudo del Emelec.
En otros sitios del norte como la avenida principal de la Alborada y en la av. Orellana, entre la Alborada y Mucho Lote, el tráfico se volvió lento a medida en que los hinchas azules comenzaron a salir a las calles a festejar la corona del campeonato. El constante sonar de los pitos marcó y el ondear de banderas marcó un ambiente festivo.
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