Álex Bolaños es un hombre de pocas palabras. Es introvertido. Puede confirmar una charla para un determinado día y después intentar huir en su camioneta Ford, en el último momento.
Si aquello no le funciona, mientras dialoga, puede entablar conversaciones con sus amistades a través de su celular BlackBerry, con el fin de intervenir en la conversación con un rápido sí o no.
Esa actitud es parte de su personalidad, aunque se evidencia con mayor claridad cuando se dirige a personas extrañas.
Con los colegas en cancha, suele conversar, aunque no llega a formar parte del grupo de los divertidos, integrado por Michael Quiñónez, Fidel Martínez, Isaac Mina, Oswaldo Minda…, en el Deportivo Quito.
Toda la vida, dice, ha sido cauteloso al hablar. Aunque reforzó su carácter cuando fue a la prisión, tras atropellar a una persona, mientras conducía en estado etílico (2008). Hoy tiene 26 años y se siente responsable en sus actos.
Optó por ello, después que sus amigos lo vieran tras las rejas. “En esos casos se conocen a los verdaderos amigos”, afirmó el jugador, negándose a dar los nombres de quienes lo apoyaron. “No tiene caso, ¿para qué? Solo puedo decir que de Barcelona no me llevé nada”, añadió, sentado sobre el sillón de su nuevo departamento, en Carcelén.
En ese equipo militaba Bolaños, cuando su nombre ocupó las portadas de los diarios del país y del que salió a Liga con el apoyo de su hermano Miler, quien lo recomendó al DT Jorge Fossati.
Con los amigos, que no están en el fútbol, puede hablar de determinados temas. Aunque hay una persona a la que le confiaría todo. Su nombre es Carlos Ischia, técnico del Deportivo Quito. “No es como un papá, pero con él puedes hablar de temas personales”.
El técnico argentino, que se coronó campeón en la actual temporada, conoció a Bolaños en un estado de tranquilidad. “Cuando Álex no jugaba me acerqué y conversé con él”, dijo el estratega.
El primer acercamiento se dio por iniciativa del DT. “Habló de mis cualidades futbolísticas. Sus palabras fueron una aliciente para mí. Es una buena persona que me dio confianza”.
La segunda y tercera charlas corrió por cuenta de Bolaños. Aunque no recuerda los días, ni la hora, dice que se acercó para hablar de temas personales, “porque lo futbolístico él ya lo sabía”.
Las tres charlas le sirvieron a Bolaños como terapia, que en el partido de la final ante Emelec reflejaron efectividad. El volante, que reemplazó a Segundo Alejandro Castillo, cumplió al pie de la letra las instrucciones del DT Ischia, que consistía en cuidar la marca.
Bolaños partió como titular en la era de Ischia en el partido ante el Manta, el 23 de julio, cuando el plantel chulla ganó por 4-0. “Sentí mucha emoción, era algo por lo que trabajé”, dijo, sin dejar de acariciar a su BlackBerry.
Antes, Bolaños miraba el inicio del partido desde la banca de suplentes. Según el jugador, sus primeros cinco minutos, bajo la dirección del DT argentino, fueron con Liga de Quito.
Antes de ser titular, el volante luchó por ese lugar con Santiago Morales, que después se alejó de las canchas tras sufrir una lesión, que le impidió retornar y jugar la final del torneo.
Para Bolaños, su llegada al Quito le significó la oportunidad de reivindicarse y dejar el pasado, incluido el accidente en el que se vio involucrado en el 2008.
Aquello, que le pudo significar un alejamiento definitivo de las canchas también le motivó a cambiar su forma de vida. Ahora, dice que ya no bebe alcohol. “La gente es muy habladora. Te ven tomando Pony Malta y dicen que uno volvió a tomar y eso es mentira”.
¿Pero seguro es una Pony Malta? “Sí”, responde, mostrando su primera sonrisa. Bolaños aclara que toma uno que otro trago solo en ocasiones especiales. ¿Y qué hay de las visitas a las discotecas? “Voy pero cuando no juego fútbol. Después yo también tengo derecho de disfrutar”, responde.
El paso a paso por los clubes
Debutó en Barcelona en el 2005. En el 2006 jugó en Atlético Guayaquil. Volvió al cuadro canario en el 2007. Permaneció allí hasta el 2008. En ese año se registró el incidente que mandó al jugador a prisión tras atropellar a una persona.
El 21 de septiembre fue detenido el jugador, después de un accidente de tránsito. Ese día manejaba en estado etílico, según la Comisión de Tránsito del Guayas.
Luis Bolaños se vinculó a Universidad Católica, de Quito, en el 2010, después de llegar a Liga Deportiva Universitaria, en el 2009, tras un pedido especial d e Miler Bolaños al técnico uruguayo Jorge Fossati.
Bolaños vive con su esposa Yomaira. Actualmente juega en el Deportivo Quito, equipo con el que alcanzó la copa del torneo nacional de la Serie A. Llegó en el 2011. Además su rendimiento lo llevó a la Selección mayor.