‘Pelé’ y ‘Maradona’ conviven en la puerta del Maracaná

Fotos: Pablo campos/el comercio


Fotos: Pablo campos/el comercio


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El estadio Maracaná es uno de los puntos de referencia más importantes de Río de Janeiro.

La señalética amarilla colocada estratégicamente por diversos sectores de la ciudad indica la dirección del estadio en donde mañana, domingo 13 de julio, se jugará la final de la Copa del Mundo.

Todos los caminos conducen al Maracaná, que será el epicentro de la fiesta entre argentinos y alemanes. Hace cuatro años,
1 000 millones de personas vieron la final de la Copa en Sudáfrica en todo el mundo y para este año se espera una cifra al menos similar.

La parada de metro del mítico escenario, en donde Liga de Quito fue campeón en el 2008, también es un homenaje al fútbol con espacio verdes que se asemejan a una cancha de indor.

Todo hace recordar que mañana habrá una fiesta de la pelota, aunque esa celebración a los locales se les antoja ajena, tras la eliminación de las semifinales ante Alemania, que ellos aún no acaban de digerir.

El escenario, ubicado en la Rua (calle) Eurico Rabello es una Torre de Babel. Hinchas de Colombia, hondureños, brasileños y argentinos llegan a las calles aledañas con motivaciones distintas .

“Vinimos a conocer el estadio en el que daremos la vuelta”, dice con un dejo de soberbia Máximo Fernández, argentino de Rosario, quien llegó a Brasil con su hermano Javier horas antes.

“No tenemos entrada, no la vamos a conseguir pero venimos a darnos una vuelta. Haremos historia”, dice el hincha que muestra orgulloso su camiseta rojinegra del club Newell’s Old Boys.

Es conocida la rivalidad entre argentinos y brasileños. El cantito ‘Brasil décime que se siente’ se repite en cada esquina. En la entrada principal, dos personajes disfrazados hacen la delicia de los turistas a cambio de un par de reales: Marcio ‘Pelé’ Pereira y ‘Maradona’, caracterizado por el argentino Javier Vargas.

La escena es peculiar. En una esquina, ‘Pelé’ nuestra su talento con la pelota,la toca de talón, duerme el esférico con el pecho, va al suelo y continúa con su manejo del esférico. Se lleva aplausos y reales.

A su lado, el ‘Pelusa’ sólo posa para las fotos, con su peluca ensortijada, la camiseta Le Coq Sportif que usó Maradona en 1986, una pulsera y un anillo en el dedo meñique, tal como el original.

“Decidí venirme al mundial y me di cuenta que la gente, sobre todo en las favelas, quiere mucho al Diego. Entonces decidí disfrazarme”.

La relación entre los dos es buena. En el mes mundialista han tenido que soportar calores intensos y las lluvias de los últimos días. Pelé, quien tiene en su billetera una foto con la presidenta Dilma Rousseff, dice que no hay que lamentarse por la pérdida de Brasil. “Simplemente no se dio. Hay que tratar de superarlo”.

Los dos estarán en la puerta del Maracaná. Sólo Diego puede tener motivos para celebrar si es que Argentina gana.

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