La visión de la película de Messi, según Daniel Arcucci

Daniel Arcucci, articulista de La Nación.

Daniel Arcucci, articulista de La Nación.

Daniel Arcucci, articulista de La Nación.

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Daniel Arcucci, periodista argentino, asistió a la presentación de la película de Lionel Messi, que fue presentada en Río de Janeiro. Él hace una revisión de la vida de Messi, según los testimonios de la película que dirigió Álex de la Iglesia.

Arcucci, que labora para el Diario La Nación de Buenos Aires y para la cadena Fox Sport, es el biógrafo de Diego Armando Maradona.

Él dice que "Jaime Roures está tan acostumbrado a moverse entre la gente de cine como con la gente del fútbol. Tanto, que así como ha sido uno de los productores, por ejemplo, de las películas rodadas por Woody Allen en Europa, fue también hombre de consulta de Maradona cuando Diego pasó por Sevilla.

Copropietario de Mediapro, es uno de los responsables de que "Messi" se haya convertido en una película. Aquí su visión en una columna que publicó en el Diario La Nación de Argentina.

Jaime Roures está tan acostumbrado a moverse entre la gente de cine como con la gente del fútbol. Tanto, que así como ha sido uno de los productores, por ejemplo, de las películas rodadas por Woody Allen en Europa, fue también hombre de consulta de Maradona cuando Diego pasó por Sevilla.

Copropietario de Mediapro, es uno de los responsables de que "Messi" se haya convertido en una película, con ese nombre y bajo la dirección de Alex de la Iglesia, y también responsable de definir a Messi, sin comillas, de una manera muy particular: "Yo lo encuentro muy normal; parece un enigma porque la gente no entiende cómo ha llegado donde ha llegado y lo compara con otros que están en la cima y son mucho más mediáticos.

Él no se expone, vive desde la normalidad, con su referencia rosarina, su compañera desde la adolescencia... Entonces, esa normalidad de Messi es lo que lo hace extraño. Es como decía su abuela: Nadie sabe lo que hay en esa cabecita'.

Pero él sabe muy bien lo que quiere en este mundo, y lucha por conseguirlo, ya sea con inyecciones, con su esfuerzo cotidiano o con no despistarse con todo lo que hay alrededor del fútbol. Lógicamente, ahí su familia ha jugado un papel importante y eso es Lionel Messi".

Eso es Lionel Messi, exactamente. Y eso es "Messi", también. Presentada en el Espaço de Cinema Rio Design, en plena Barra do Tijuca, en un acto de confianza o de inconciencia justo un día después del infartante partido contra Suiza, que podría haber marcado la salida de la Argentina del Mundial, dura un poco menos de lo que duró ese encuentro y muestra mucho más de lo que es Messi en su esencia.

Encadenados los testimonios desde el origen hasta el presente, con palabras de quienes lo vieron crecer en todo el sentido del término, intercalado con escenas actuadas de su vida, es posible encontrar el hilo que conduce toda su historia: la decisión para luchar por lo que quiere; la decisión para enfrentar la adversidad o las carencias; la decisión para hacerse cargo. La decisión.

Sea para convertirse en jugador de fútbol, amparado por la omnipresente abuela materna; sea para asumir un doloroso tratamiento médico de crecimiento en base a inyecciones y desarraigo, con el respaldo de su familia y del Barcelona; sea para asumir con naturalidad el rol de jugador desequilibrante, así en Grandoli como en el seleccionado nacional.

Cada una de esas decisiones la tomó él, el personaje de la película y el que sólo habla en ella a partir de escuetos e históricos testimonios, como aquel en el que afirma que su sueño es "jugar en la selección argentina" o en el que, encarnado por un actor, le dice a su padre, sin dudar, "yo quiero jugar en el Barcelona", cuando la única alternativa que quedaba para hacerlo era desmembrar a la familia entre Rosario y Cataluña, dos de las locaciones fundamentales del film.

Si alguna vez se pensó, pensamos, que la vida de Messi no tiene matices, hay que escuchar lo que dicen de él desde Johann Cruyff hasta Gerard Piqué. "Gracias a Dios que Messi existe, ¡Imagínate si no existiera!", exclama el holandés. "Cuando llegó, estaba solo en un rincón", recuerda el defensor catalán, uno de los que vivió de cerca el desarraigo inicial. Hasta que empezó a jugar: "No le entréis muy fuerte que es muy frágil, nos pedían. Tranquilo, respondíamos. Pero la verdad es que no lo podíamos coger", cuenta, en castizo español.

Los diálogos se dan, todos, en un imaginario restaurant que va uniendo el tono y las épocas. En una mesa, los profesores del colegio, que recuerdan cómo desafiaba su timidez: "De tortuga se tuvo que disfrazar una vez. Justo él?".

En otra, sus compañeros de las inferiores, que recuerdan sus goleadeas: "Llegaba un momento, que hacíamos tantos goles que decían, bueno, compitan entre ustedes, el Newell's del primer tiempo contra el del segundo? Y con él, la diferencia era mayor".

En la de más allá, César Luis Menotti, que lo define como "el mejor diamante" y agrega: "¿Podría aparecer Messi en Corea? No, ni en Alemania".

En el centro, sus compañeros de Barcelona, Piqué, Iniesta, Pinto y, sobre todo Mascherano, que deja dos perlas: "Messi es más argentino que el dulce de leche" y la más emblemática: "Qué lindo sería ser cinco segundos Messi, para tener esa sensación".

Y en la mesa de más acá, tal vez en espacio pero seguramente en tiempo, un Sabella que pronuncia una frase tan definitiva como actual: "Cuando él tiene la pelota, aaahhh, uno descansa".

A los Valdano, padre e hijo, les corresponde el guión. Pero es el padre quien, en una frase, resume la historia de la película y el presente del protagonista: "El partido contra Suiza termina y el primer plano de Messi nos muestra a un tipo normal, que no está ante algo excepcional. Da la sensación que todo lo que ocurre en su vida normal y no hacen más que pasarle cosas excepcionales''.

Eso es lo que se ve en Messi y en "Messi".

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