El mediocampista francés Mathieu Valbuena (izq) conversa con Karim Benzema durante el entrenamiento en el estadio de Santa Cruz en Ribeirao Prato. AFP
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La ausencia de Franck Ribéry significó un duro golpe para la Selección francesa, pero no fue suficiente para apagar las ilusiones de un equipo que está decidido a enterrar en el Mundial de Brasil 2014 la pesadilla de Sudáfrica.
“Soñar está permitido”, escribió el influyente diario deportivo L’Équipe, tras el arribo de Francia en la noche del lunes a Brasil.
La frase corresponde en realidad al seleccionador francés Didier Deschamps, un hombre que se considera a sí mismo “realista y pragmático”, pero que antes de emprender su vuelo a Sudamérica se mostró inusualmente optimista.
A cinco días del debut ante Honduras, toda Francia se ve envuelta en optimismo: la prensa, los aficionados y sobre todo los jugadores y el entrenador están convencidos de que harán olvidar de una vez para siempre el fracaso de la Copa del Mundo 2010.
La ilusión es tal que ya casi nadie piensa en la baja de Ribéry, su gran figura, que debió renunciar al Mundial por una persistente lesión en la espalda.
“¡Ah!, de nuevo otra vez…”, respondió con tranquilidad Deschamps cuando un periodista le preguntó por el astro del Bayern Munich tras la victoria por 8-0 ante Jamaica en el último amistoso, dejando claramente sentado que el tema debía ser archivado.
Quieren olvidar el 2010
Cuatro años después del descalabro en el Mundial de Sudáfrica, donde Francia quedó eliminada en la primera ronda en medio de peleas internas y de boicots de los jugadores, la nueva generación de futbolistas, compuesta por gran cantidad de jóvenes, demuestra confianza, pero también humildad y seriedad.
“Estamos listos, hicimos una muy buena preparación, un trabajo muy serio de tres semanas”, dijo Blaise Matuidi, el motor del medio campo.
El subcapitán Mamadou Sakho habló en tanto de un “partido casi perfecto” contra Jamaica. De acuerdo con el futbolista, el equipo está mostrando velocidad y contundencia en los últimos partidos.
“La convivencia es buena y cada vez vamos mejorando el juego. Llegaremos bien al partido inaugural con los hondureños”.
El éxito del equipo francés depende en gran medida de los aciertos que pueda tener su ariete Karim Benzema. El delantero del Real Madrid anotó dos docenas de goles con su equipo y sin embargo enfrentó críticas de parte de la hinchada merengue.
Una buena actuación en la Copa del Mundo pudiera elevar su cotización en el mercado.
En un hotel lujoso
Los jugadores franceses permanecen concentrados en el Hotel JP, un local de cinco estrellas construido cerca de una autopista, fuera de la ciudad de Riberao Preto.
El lugar es un lujoso complejo dotado de tres piscinas, una pista de tenis, un spa, una zona de vóley playero y sobre todo, un pequeño campo de fútbol, renovado por la FIFA.
El domingo, el equipo se medirá con la selección de Honduras en su debut mundialista.