La belleza femenina durante el Mundial. Foto EFE
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¿Qué diferencia existe entre ver un partido de fútbol con un grupo de hombres y observar otro con uno de mujeres?
Una y ninguna. A esa conclusión llegué después de fijarme en distintos grupos mientras observaban, sobre todo, la participación de Ecuador en el Mundial.
Me refiero a ninguna porque la mayoría –hombres y mujeres- gritó por igual cuando los jugadores tricolores se acercaban a la meta contraria, aun cuando la pantalla no mostraba opciones de peligro. “¡Ehhhh!”, “¡golll!”, “¡ayyy!”, “¡métela pues!”…
Todos por igual, insultaron, maldijeron, golpearon la punta de sus zapatos contra el suelo, se despeinaron con ambas manos… Algunos coincidieron también con la frase: “¡Afuera Rueda (Reinaldo)!”.
Hombres y mujeres también se llevaron las manos a la boca cuando el delantero ecuatoriano Énner Valencia intentó vencer al golero francés. En esa acción apelaron al: “Jesusito, ayúdalo”.
Hombres y mujeres jugaron a ser árbitros: “saca la amarilla pues”, “no, no, no. Eso no es para roja pues (con relación a la salida de Antonio Valencia)”.
Todos ellos también se disfrazaron de técnicos. Cuestionaron la salida de Montero y la falta de acierto para mantener en la cancha a Antonio Valencia, que lució como en el inicio del Mundial: apagado.
Todos –refiriéndome a esa mayoría- llegaron con su camiseta pintada de amarillo, azul y rojo. Algunos trajeron pelucas, las picaditas no faltaron. Hombres y mujeres vieron el partido de pie, frente a pantallas gigantes.
Después del empate (0-0) frente a Francia, que dejó fuera del torneo a Ecuador, los aficionados continuaron discutiendo: ¿Y por qué no atacó desde el inicio?, ¿pero cómo le va a poner a Gabriel Achilier?
Durante los 90 minutos que duró el cotejo, discutieron de jugadas, hablaron de posibles cambios… Y hoy, a dos días para que termine el Mundial, ese grupo de hombres y mujeres sigue dialogando acerca del mismo tema. Aunque también está en boga la caída de Brasil.
Y si se preguntan por la diferencia, pues solo radica en el tono de voz que utilizan las mujeres para anunciar las jugadas peligrosas. Ese fuerte “chirrido”, que a veces estorba, desquicia, confunde… es sin duda el que pone color y alegría a la fiesta del fútbol.
Por eso y muchas cosas más, ¡Salud por nosotras!