El tatuador de Messi, en su local marplatense. Foto: LA NACION / Mauro V. Rizzi
Se llama Roberto López, vive en Mar del Pata y también tatuó a personajes como Marcelo Tinelli y Neymar; tras la Copa América, viajará a Rosario para seguir trabajando en el brazo de Lio.
La ‘Pulga’ se lo trajo desde Mar del Plata y lo esperó a que en cinco sesiones avanzara a puro repiqueteo de agujas y tinta, hasta cubrirle de imágenes casi todo el brazo derecho. Y apenas pudo, también a él lo gambeteó: se hizo de la máquina y con coraje le estampó un número 10 en la piel. Desde entonces es el tatuador de Lionel Messi, tatuado por Lionel Messi.
Este tucumano de origen, residente en la ciudad de Buenos Aires durante un par de décadas y radicado en estas playas desde hace más de ocho años, recuerda el asombro cuando del otro lado de la línea, desde Barcelona, la máxima estrella de fútbol mundial lo invitaba a viajar e instalarse allí por unos días para que le realice un tatuaje que tenía claro en conceptos, pero que había que definir en un boceto final.
“Una experiencia increíble con una persona fantástica y, sobre todo, muy humilde”, define López esta relación que empezó a trabar con Messi, al que llegó por recomendación de Juan Cruz Leguizamón, arquero de Central Córdoba, que es uno de sus clientes y amigo personal del rosarino.
Tinta, lápiz, guantes estériles, máquina de tatuar y agujas, todo su equipo guardó López en el bolso de trabajo acostumbrado a una frecuente agenda en la metrópoli, pero que por primera vez cruzaba el océano Atlántico, nada menos que para enfrentar al que hoy la mayoría señala como el mejor jugador de fútbol del momento.
El propio Messi lo fue a buscar al hotel y le cargó las valijas en el auto. Ya en su departamento, trabajaron sobre el tatuaje que lució en público desde hace poco más de un mes. Pronto acordaron el diseño y empezó el trabajo. “Lo que más me sorprendió fue la resistencia y tolerancia que tiene Leo”, cuenta López, que sólo tiene un par de tatuajes en el cuerpo. “No soy muy fanático del dolor”, bromea, y por eso resalta a su cliente estrella. En particular porque las agujas perforaban sobre la cara interna del brazo, una de las zonas más sensibles. Lo que para muchos requiere una pausa prolongada para que desinflame y no duela, a Messi le alcanzaba con un día de descanso. “¿Seguimos?”, avisaba para convocarlo otra vez al trabajo.
El segundo viaje terminó con dos sorpresas. Una fue a finalizar la etapa del tatuaje, cuando Messi lo esperó con un nuevo cliente: Neymar, su amigo y compañero en Barcelona. “Le hice un ambigrama en el que se lee Familia y si lo das vuelta se lee For Ever”, explica en diálogo con canchallen.com. La otra es cuando lo desafió a invertir roles. El zurdo se calzó los guantes y trabajó con pulso firme para grabarle el 10 que López luce feliz en la muñeca derecha.
Especialista en retratos, este tatuador de 37 años, que ya plasmó sus virtudes artísticas en figuras como Marcelo Tinelli, Martín Palermo y decenas de futbolistas, se ríe cuando le mencionan su condición de amuleto de la suerte, porque, tras su trabajo, Leo fue triple campeón. Suma anécdotas a la creencia popular. Cita la de Fernando Coniglio, delantero de Unión, que se tatuó una imagen de Messi en la pierna izquierda y dos días después hizo un gol. Ignacio Malcorra, del mismo club, que aprovechó el viaje a Mar del Plata para enfrentar a Aldosivi y se estampó otra imagen. En ese partido, marcó dos tantos. O Pablo Campodónico, que también pasó por su estudio Eikeel de Peatonal y Santa Fe, y dos días después fue figura en el histórico triunfo del equipo marplatense en la cancha de Boca.
El trabajo con el 10 del Barcelona sigue. Mientras luce aquí las camisetas y un par de botines autografiado que le regalaron Messi y Neymar, López tiene próxima cita en Rosario para terminar el tatuaje en el tramo interno alto del brazo derecho. Y espera ese momento, satisfecho con la calidad de persona que encontró. “Más grande no puede ser”, asegura.