Hacer un proyecto futbolístico con herramientas de alta gerencia y presupuestos reales constituyen al parecer objetivos imposibles en Ecuador.
Sin embargo, Independiente del Valle ha pulverizado, con marcas, resultados y cifras un imaginario en el que la mala administración de la mayoría es una terrorífica realidad.
Un grupo de exitosos empresarios emprendió en el 2007 un proyecto para impulsar la formación integral de futbolistas con el nombre de Independiente del Valle. Ese año comenzó en la segunda categoría. Ganó el torneo y ascendió a la Primera B; militó en esa divisional el 2008 y el 2009. En el 2010 jugó en la A y fue subcampeón en el 2013. Desde el 2014 participó a año seguido en tres Libertadores y hoy está entre los ocho mejores de América.
Tiene un presupuesto de USD 5 millones y solo en premios coperos ganó USD 3,9 millones.
Además, produjo un golpe de imagen transparente y solidaria al donar dos taquillas coperas para las víctimas del terremoto. De esa manera, la actualidad del club es ejemplar.
Una realidad al parecer inalcanzable en un balompié en el cual la irresponsabilidad golea al sentido común financiero. Razones suficientes para ubicar a Independiente como un buen ejemplo de una ecuación complicada: principio de realidad y resultados exitosos.