Jack Warner, expresidente de la Concacaf.
Jack Warner, político de 72 años que de 1990 al 2011 presidió la Concacaf, hoy ve peligrar el sueño de morir en su natal Trinidad y Tobago por una investigación de la Justicia estadounidense sobre presunta corrupción en la FIFA que ha pedido su extradición y la de otros implicados.
Warner, se declaró hoy “inocente de todos los cargos” de corrupción que se le imputan luego de que la Policía suiza, a pedido de la Justicia estadounidense, detuvo esta madrugada en Zúrich a varios altos cargos del fútbol.
“No he sido cuestionado sobre este asunto. Reitero que soy inocente de todos los cargos”, dijo el trinitense en un comunicado, en el que recuerda que se retiró de la FIFA hace cuatro años y, por lo mismo, pide que únicamente decida su detención “la gente de Trinidad y Tobago”.
Horas después de este pronunciamiento hecho con las primeras repercusiones del escándalo producido en Zúrich, el expresidente de la Concacaf se entregó a las autoridades de su país en Puerto España con el propósito de aclarar su situación legal.
Warner compareció ante la magistrada Marcia Ayerrs Caesar y es posible que permanezca recluido en algún centro judicial debido a que sus abogados no alcanzaron a terminar el proceso para su liberación provisional.
El otrora directivo tendría que pagar una fianza de 2,5 millones de dólares para mantener su libertad, a la espera de que se resuelvan los problemas legales a los que se le vinculan.
Además de fijar el valor de la fianza, la jueza ordenó a Warner entregar su pasaporte y, al obtener su libertad provisional, presentarse dos veces por semana en una estación de policía en espera del inicio del juicio de extradición en julio.
Warner está en una lista de nueve directivos de la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) y cinco empresarios relacionados con esa entidad que han sido imputados por el Departamento de Justicia estadounidense.
En su primera declaración hoy, Warner aseguró que su retirada del para pasar a la política se dio para “mejorar la vida de las personas” de su país donde, “si Dios quiere”, espera morir.
“Estoy alejado del fútbol y de la política, por lo tanto no tengo nada que ver en ningún tipo de investigación”, manifestó no sin antes advertir de forma enigmática que hay “intereses que se mueven en el deporte del fútbol” y la fecha elegida para este escándalo “no es algo gratuito”.
La FIFA celebra a partir de mañana su congreso y el viernes tiene previsto elegir a su presidente. El suizo Josep Blatter busca el quinto mandato consecutivo.