El golero Brad Guzan, de EE.UU. no puede detener el remate en el gol del mexicano Oribe Peralta, quien superó la marca de Geoff Camerony Fabian Johnson en la victoria azteca en Pasadena, California. Foto: Kevork Djansezian/ AFP
Cuatro años después de su llegada al banquillo de la selección de fútbol de Estados Unidos, las dudas se ciernen en torno al revolucionario técnico Jürgen Klinsmann. La derrota del sábado 10 de octubre del 2015 ante México por 3-2 en Pasadena, California, confirmó la mala racha de una selección que parece haberse estancado en su lento progreso hacia la élite.
El buen Mundial de Brasil en 2014 queda en el olvido ante lo que Klinsmann ha llamado como “un año de transición” en el que ha dado oportunidades a muchos jóvenes sin definir nunca un equipo claro. “Me arriesgaré a dar minutos a alguien que todavía no está en ese nivel, pero sé que va a dar resultados en dos años”, dijo el alemán en una reciente entrevista en la cadena ESPN sobre sus continuos experimentos.
En Pasadena, sin embargo, apostó por un equipo clásico con todos los veteranos que no funcionó. México, campeón de la Copa Oro en julio y del duelo del sábado, representará a la Concacaf (Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol) en la Copa Confederaciones de Rusia en 2017 y se confirma de nuevo como el número uno de la región.
El equipo mexicano celebra la victoria ante EE.UU. en Pasadena, California. Foto: Jonathan Moore/ AFP
Estados Unidos, en cambio, finalizó cuarto en la Copa Oro, fue goleado por Brasil en un amistoso en septiembre y el sábado recibió la primera derrota ante su eterno rival desde que Klinsmann asumió en 2011. “Todo el mundo puede expresar su opinión, pero no le gustas a todo el mundo”, dijo el sábado sereno el alemán al ser preguntado por las críticas y las peticiones de despido si perdía ante México. “No estoy aquí para gustar, estoy tratando de hacer un buen trabajo”, agregó Klinsmann, que también es director técnico de la Federación.
Tampoco en ese aspecto vivió el sábado una buena jornada. El equipo sub 23 perdió ante Honduras en el Preolímpico y para estar en Río 2016, algo que Klinsmann considera básico, deberá ganar el martes a Canadá y en marzo a Colombia en un playoff. El alemán siempre destacó la relevancia de competir ante los mejores, por lo que no hacerlo en la Confederaciones, donde ya están confirmados Alemania y Chile, y quizás tampoco en los Juegos es un revés. Además, la Copa América Centenario del año que viene, en la que tendría la posibilidad de medirse con los grandes equipos sudamericanos,
El DT Jurgen Klinsmann, de EE.UU. en la derrota de su equipo ante México en Pasadena, California. Foto: Frederic J. Brown / AFP
Estados Unidos puede quedarse así sin grandes pruebas internacionales hasta el próximo Mundial, limitado a amistosos y a partidos en el área de la Concacaf: la clasificación para Rusia 2018, que comienza en noviembre y para la que se preparará el martes con un amistoso ante Costa Rica, y la Copa Oro de 2017.
Precisamente una derrota ante México en Pasadena en 2011 llevó al despido de Bob Bradley y a la contratación de Klinsmann.
Tras cuatro años y varias derrotas al hilo se hace balance y en la lista de logros del alemán no hay más que lo conseguido por Bradley y otros: una Copa Oro y unos octavos de final del Mundial. “Creo que es la persona adecuada (para ser seleccionador)”, dijo el sábado el mediocampista Jermaine Jones. Más allá de los resultados, Klinsmann, respaldado también por el presidente de la Federación, debía modernizar el “soccer”, pensar a largo plazo e implantar una filosofía de ser el equipo protagonista, algo que tampoco se vio el sábado ante un México más decidido, siempre con el control de la pelota, superior a un rival que ahora despierta interrogantes.