Imagen referencial de Ítalo Estupiñán, primer futbolista ecuatoriano en jugar una final en México. EL COMERCIO
En México lo conocían como ‘Gato Salvaje’. Ítalo Estupiñán se ganó ese sobrenombre por su rapidez, potencia y talento para marcar goles con las camisetas del Toluca, el Puebla y el América.
El goleador ecuatoriano, quien estaba radicado en el país azteca y falleció tras un infarto a los 64 años, fue figura en esos tres planteles.
Sus inicios fueron en el Macará. Después pasó a El Nacional, donde quedó campeón en 1973 y se ganó el apodo de ‘Hierbita’. A México emigró a los 22 años, seducido por la oferta del Toluca.
Esto pese a que creía que México era un país de pistoleros y ‘ensombrerados’, como reveló en una entrevista. “Siempre veía las películas de Fernando Casanova, donde había pistolas y tipos duros”.
En el Toluca, sus compañeros y los aficionados lo veían con recelo al principio. Esto porque llegó para reemplazar a Vicente Pereda, delantero histórico del club.
Pero, con sus goles, se ganó el aprecio de la afición y alcanzó el título de la temporada 1974-1975. Fue el primer ecuatoriano en ganar un título en el torneo azteca.
A ese club le dio el título, el 26 de junio de 1975. Con uno de sus cabezazos, Toluca derrotó al León 1-0 y salió a hombros del estadio.
Así, a él se le atribuye ser el artífice de que los directivos de clubes mexicanos se fijaran en futbolistas ecuatorianos. Luego, fueron a México Álex Aguinaga, Agustín Delgado,
Iván Hurtado…
Orlando Narváez coincidió con él en una convocatoria de la Selección ecuatoriana para una disputa de la Copa América de 1983. “Era un centrodelantero fuerte y potente. Él llegó joven a El Nacional, aunque no se lo pudo disfrutar mucho. Pero dejó una marca”.
Revise aquí un especial de Ítalo Estupiñán
El cronista Ángel Fernández observó al atacante en un cotejo con el Toluca y le puso el sobrenombre con el que se hizo famoso y con el que fue conocido hasta 1986, cuando se retiró del balompié. “En poco tiempo se convirtió en ídolo. Talentoso, impredecible, por su agilidad felina y por su fiereza dentro del área rival”, aseguró el periodista.
También recuerdan al esmeraldeño -quien se crió en un hogar humilde- por su cabellera afro, similar a la que lucía su amigo y compañero Carlos Torres Garcés, con quien compartió camerinos en El Nacional y en el Toluca. Con él, mantenía contacto hasta hace poco a través de las redes sociales.
En 1977, con 40 goles se marchó de la escuadra ‘escarlata’, como era conocido el Toluca y pasó a ser un ídolo. Después fue al América y obtuvo la Copa Interamericana (entre el monarca de Concacaf y el de la Libertadores) de 1978 luego de tres partidos con Boca Juniors.
Su huella también quedó grabada en el Atletas Campesinos. Con 18 anotaciones es el máximo artillero del desaparecido club queretano (entre 1981 y 1982).
Y fue campeón con Puebla (en la temporada 1982-1983) tras una final ganada por penales a las Chivas. Después volvió a Ecuador donde jugó en la Católica y Emelec, club donde se retiró.
En Ecuador y en México, trascendió la noticia de su muerte. El Toluca puso una foto del goleador con un fondo gris en Twitter y acompañó la gráfica con una leyenda. “Lamentamos la pérdida de Ítalo Estupiñán, un inmortal de nuestro equipo. Gracias por ser parte de nuestra historia”.