Santiago Ribadeneira (der.), presidente del Quito, se reunió ayer con concejales del Distrito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Fue el primer revés de una jornada estresante para la dirigencia del Deportivo Quito. Antes de acudir a la Sala de Sesiones del Concejo Metropolitano, Santiago Ribadeneira y su grupo de trabajo se citaron con Edwin Tenorio y Jorge Guzmán, de la Agremiación de Futbolistas, y con los representantes internacionales del gremio de jugadores.
En ese encuentro, el gremio no aceptó el pedido de moratoria del Quito para no cancelar esta semana los USD 270 000 que piden varios exfutbolistas acreedores. Con lo cual, el equipo –hasta el cierre de esta edición- se encontraba suspendido y sin opciones de jugar el fin de semana.
Así, los dirigentes del cuadro chulla fueron perdiendo 1-0 a la cita en el Cabildo. Allí se jugaban otra carta fundamental en su intento por oxigenar al equipo y encontrar una fórmula para generar ingresos: convertir al complejo de Carcelén en un espacio deportivo-comercial, con sitios para el entrenamiento del equipo, pero también con locales de venta e incluso departamentos para vivienda.
Pero la propuesta no tuvo el eco deseado en la Comisión de Deportes del Municipio. Los ediles escucharon por 40 minutos la intervención de Santiago Ribadeneira, en la cual el directivo expuso la situación del equipo, el déficit de USD 20,2 millones y el tratamiento que la dirigencia le está dando al tema de las deudas. “Contratamos a un bufete de abogados y a un auditor externo para que examinen la veracidad de las deudas, que, según la tendencia, en un 70% son efectivas”.
Ribadeneira expuso también -en líneas generales – el proyecto de la Ciudad Deportivo Quito. Habló de un principio de responsabilidad social, del impacto social para la comunidad, sobre todo de Carcelén y solicitó la ayuda de la Comisión para conseguirlo. La intención de los directivos es que el proyecto genere ingresos que sirvan para pagar al largo listado de acreedores del equipo.
Sin embargo, los ediles de la ciudad consideraron que la información mostrada durante la presentación resultó insuficiente para tomar una decisión con respecto al uso del suelo que la dirigencia pretende darle al complejo deportivo.
Sergio Garnica, concejal, fue el primero en hacer objeciones al proyecto. Al presidente de la Comisión de Uso del Suelo del Municipio le asaltaron dudas: ¿bajo qué figura jurídica el equipo va a presentar el proyecto?, ¿cuándo terminará el equipo de establecer el monto total de sus deudas?
El Quito utiliza desde hace tres décadas las 2,5 hectáreas del complejo de Carcelén. El uso se realiza tras una donación a perpetuidad del Municipio de Quito, que sin embargo, estableció una única condición para su funcionamiento: que la naturaleza de las actividades que allí se realicen sigan siendo deportivas, según recordó el concejal Luis Reina.
El de ayer no fue el primer encuentro entre los dirigentes del cuadro chulla con representantes del Municipio. En las semanas anteriores, los directivos expusieron su idea de proyecto a asesores del alcalde Mauricio Rodas. Por ello, en la reunión, Antonio Ricaurte instó a Santiago Ribadeneira a continuar con la elaboración del proyecto, “siguiendo los procesos normales”.
Al final, el titular del Quito no ocultaba su desazón, aunque reconoció que iba a presentar el proyecto de forma más específica. “Estamos seguros que nos darán el aval para imponer un nuevo sistema de administración que servirá para sostener al club”, agregó Ribadeneira.
El directivo lamentó la ausencia de representantes del gremio de jugadores, que fueron invitados. “Nosotros estamos haciendo todo esto para que ellos puedan cobrar, a través de proyectos como este. Pero decidieron no asistir”.
Los dirigentes ratificaron que no tienen dinero para pagar los USD 270 000, por los cuales están suspendidos esta fecha. Eso originaría que no se presentaran a jugar este domingo ante Emelec, en Guayaquil.