La suerte parece haberse revertido en el “equipo de los milagros”. La quiebra y el descenso esperan a Deportivo Quito. El club vive su drama en absoluta soledad. El dinero y la paciencia del actual presidente se agotaron luego que entregase USD 1,3 millón para dotar de vida artificial a la entidad azulgrana.
No hay recursos para pagar deudas y el club perdió 10 puntos por no cumplir sus obligaciones económicas. Paralelamente, una televisora ejecutó un juicio de quiebra por rescindir unilateralmente un convenio de derechos de TV. El valor:
USD 1,9 millones, cifra que también tiene en apuros a sus directivos en estas horas.
Sentenciado a descender a la Primera B y amenazado para irse a la Segunda categoría de Pichincha, el Quito espera el traspaso de dos futbolistas para recuperar dinero y jugar la parte final del torneo.
Sin embargo, en estos momentos, la violencia, al parecer, se ha transformado en una cotidianidad. La noche del sábado, un grupo de hinchas agredieron a un camarógrafo y un comunicador, los cuales acudieron a cubrir la reunión de la directiva con los futbolistas, en el complejo de Carcelén.
La mañana del domingo un grupo de hinchas organizó una marcha ante el estadio Olímpico Atahualpa. Rompieron una puerta, esparcieron la basura de la jornada anterior e ingresaron a la cancha. La oportuna intervención policial impidió mayores incidentes.